Incesto y Astrología Antigua
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Aurelio Pérez-Jiménez
* Este trabajo (elaborado en el marco del Grupo de Investigación HUM 312 de la J.A.) forma parte del Proyecto I+D dirigido por el Prof. Raúl Caballero-Sánchez y financiado por el Gobierno español, Astronomía y Astrología en la Antigüedad Tardía: Edición Crítica, Traducción Castellana y Exégesis del «Comentario anónimo al ‘Tetrabiblos’ de Tolomeo».
Universidad de Málaga
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Resumen
En el mundo antiguo grecorromano la práctica del incesto, salvo en el mito y en algunos momentos históricos (por razones económicas o políticas) en general el incesto fue considerado fuera de la ley y de las convenciones sociales. De hecho, los mitos presentan el incesto como una aberración de fatales consecuencias para sus practicantes, siendo el ejemplo más notable el de Edipo. Pero que se practicó en ámbito grecorromano (y no solo en los pueblos orientales donde su tradición está bien asentada) lo evidencian los textos astrológicos, que, al transferir la responsabilidad a los planetas, eximen de responsabilida ética a quienes incurren en esta práctica.
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1. El debate sobre el incesto en la Antigüedad

Apolo e Dafne – Gian Lorenzo Bernini
Curiosamente, uno de los tipos de relación sexual más abominables para griegos y romanos es el de la promiscuidad sexual dentro de la familia, entre parientes con primer grado de consanguineidad, esto es, padres (incluyendo padrastros y madrastras) e hijos (incluyendo hijastros), abuelos y nietos y hermanos siempre¹; con el tiempo, aunque su oficialidad fue tardía tanto en Grecia como en Roma, se consintieron los matrimonios y las relaciones sexuales entre parientes de segundo grado (tíos y sobrinos y primos).
1 Aunque a veces encontramos grados de valoración ética según el tipo de relaciones. Artemidoro, por ejemplo (I79), distingue entre la abrerración de los incestos de padres con hijo o hija (siempre desfavorable) y una cierta permisividad en el caso de hijo con madre.
He dicho ‘curiosamente’ porque lo que por tradición y por ley se niega a los hombres fue aceptado sin reparos en el caso de los dioses; ello se debe tal vez a que resultaba obligado, partiendo como se partía aquí de una única raíz antropológica (la de Gea y Urano), este tipo de relaciones sexuales con que echar a andar en la aventura histórica de las estirpes divinas y humanas. Así, que Crono tomara por esposa a Rea, su hermana, era inevitable, pues sólo existía una familia divina, la de los hijos de Gea. Que lo hiciera Zeus con Rea y Hera, también y, a partir de ahí, el consentimiento de las relaciones incestuosas dentro del Olimpo (Ares con Afrodita, Hefesto con Afrodita, etc.) se aceptó como práctica normal entre dioses. Naturalmente, tales relaciones divinas, con claros precedentes en las mitologías orientales de que dependía la griega, no afectaban a la calidad genética, pues se trataba de dioses, exentos de enfermedades y de taras de cualquier clase; en cambio la sociedad humana era otra cosa y tal vez había que proteger con las leyes y con los mitos heroicos (más próximos a los hombres y en los que el incesto tiene graves consecuencias para sus practicantes) los frutos del matrimonio. Sin embargo, y éste sería un argumento de quienes entre los propios griegos tuvieron duda sobre las razones naturales de la prohibición, el incesto no fue condenado institucionalmente en Grecia y ni siquiera fue motivo de reprobación en todas las sociedades antiguas; así los persas mantuvieron siempre la costumbre de acostarse con las madres y los griegos de Egipto practicaron el matrimonio entre hermanos, aunque se discute el ámbito de aplicación de esta licencia.
Estos hechos, especialmente las costumbres de egipcios y persas, propiciaron un debate -aunque no muy amplio- en el que el incesto encontró defensores, sin menoscabo de que la mayoría de los autores y las normas no escritas lo rechazaran como una práctica παρὰ νόμον.
Entre sus defensores míticos está el mismo Apolo, cuando aconsejó a Tiestes engendrar con su hija Pelopia a Egisto para conseguir la venganza sobre los atridas. Y, también en el ámbito de la literatura, pero tal vez como vestigio de una situación pasada diferente, la propia Yocasta reclama su normalidad, aunque sea en sueños, para convencer a Edipo en el momento en que conoce su verdad familiar de que el incesto no es tan malo. A fin de cuentas, vendrá a decir Dion Crisóstomo, fue la ofuscación de éste, con su actitud de rechazo frente a la de su madre, la culpable de que todavía en el siglo II d.C. se consideren nefandas las relaciones entre madre e hijo; pues, si él, con su autoridad legal, hubiera admitido oficialmente el incesto, los griegos como los persas lo verían positivamente; como lo vieron filósofos de la talla de Diógenes, defensor de las conductas naturales frente a las convenciones sociales y con él Zenón y como lo aceptaron en alguna de sus formas (el casamiento entre hermanos y primos), aunque sólo sea esporádicamente, los atenienses (que, según se desprende de la literatura forense, aceptaban como normal el matrimonio entre tío paterno y sobrina o entre hermanastros de distinta madre) y los egipcios del mundo grecorromano, por diversas razones, entre las que no faltan las de índole económica y conservación del patrimonio familiar.
Como quiera que sea, y pese a estas voces disidentes, en el mundo grecorromano se impuso la opinión de Edipo (no la de Yocasta) y los ejemplos históricos incestuosos (Cimón–Elpinice, Calígula–Drusila, Nerón–Agripina, etc.) serán indicio de degradación moral de sus prácticantes o argumento para la crítica social y política en otros casos. Lo que vale en Grecia y Roma, salvo casos puntuales como los señalados, es el rechazo (aunque todavía, como se desprende de las palabras de Platón en las Leyes y de los textos de oradores como Demóstenes e Iseo, no formulado legalmente) moral como evidencia de falta de σωφροσύνη. En época imperial Plutarco y Eliano, dejan claro que el incesto siempre (al menos entre familiares de primer grado) es sancionable moral y legalmente y que hacen falta argumentos de peso para justificar ese comportamiento humano cuando se produce, ya sea individual o colectivamente. Otra cuestión son las implicaciones religiosas que, para el incesto, entraron a formar parte del derecho canónico con la institucionalización de la Iglesia en el siglo IV, dictándose leyes que no solo lo prohíben, sino que extienden el ámbito de las relaciones incestuosas más allá de lo razonable. Si motivos económicos son los que en las legislaciones griegas y helenísticas favorecieron la aceptación de determinados tipos de incesto, de nuevo son estas razones las que sancionan definitivamente su prohibición, ya que ésta favorecía el aumento patrimonial de la Iglesia, heredera de los bienes de muchas familias nobles sin herederos. Esto explica, tal vez, el aumento que experimenta el interés por las prescripciones astrológicas relativas al incesto en textos de la época (especialmente Fírmico Materno, Pablo de Alejandría, Hefestión, etc.).
Y es que como en otros ámbitos de la vida y de las relaciones sociales, la justificación de estas ‘aberraciones’ encuentra un eximente moral en la astrología. En efecto, los tratados y poemas de este género no son ajenos al problema y, en cuanto a la ambigüedad relativa que evidencia el debate antes mencionado, también ellos se hacen eco a veces del doble rasero de enjuiciamiento legal y ético a propósito de las relaciones matrimoniales incestuosas; de acuerdo con la opinión mayoritaria, casi todas las prescripciones astrológicas al respecto encierran una interpretación negativa, justificable por las configuraciones de los astros; pero no faltan ejemplos en que se adivina o incluso se manifiesta una valoración positiva de estas relaciones, que recuerda tiempos pasados o tal vez ciertos aires de polémica con la posición adoptada a partir del siglo IV por el Cristianismo.
2. El incesto en los textos astrológicos. Tipología

Júpiter e Callisto
Pasemos pues ya a sus condicionamientos astrales y veamos, a propósito, la letra de los textos. Como espejo en el que se reflejan todas las inquietudes humanas y sociales de los pueblos determinados por la astrología, en ellos encontramos un catálogo completo de conductas incestuosas en todos sus grados, incluyendo algunos casos que a nosotros nos pueden resultar extraños, pero que tienen un fundamento biológico. Resumiendo: la tipología que encontramos es la siguiente:
1) Relaciones sexuales entre padres/madres e hijas/hijos.
2) Relaciones sexuales entre hermanos y hermanas.
3) Relaciones sexuales entre padrastros/madrastras e hijastras/hijastros o entre hijos y las concubinas del padre.
4) Relaciones sexuales entre abuelos y nietos.
5) Relaciones sexuales entre primos y entre tíos y sobrinos.
6) Relaciones sexuales con la pareja de un pariente en primer grado de consanguineidad, es decir, con la nuera, con el yerno, con los suegros o con los cuñados.
7) Relaciones sexuales de un individuo con dos parientes en primer grado de consanguineidad externos, es decir, con dos hermanos o dos hermanas o con una madre y su hija. en que dos personas consanguíneas (dos hermanas o madre e hija con un mismo varón (aunque sea externo) o dos hermanos con una misma mujer (aunque sea externa) compartan el mismo esperma.
Luego hay que hablar de la percepción ética que nos descubren esos textos. Centrándonos en la cultura grecorromana, las conductas incestuosas son reprobables y sólo tienen su explicación en la intemperancia de aquellos que lo practican. También a esa responsabilidad social de los pueblos orientales y ética de los hombres que practican tal aberración sexual tratará de poner remedio la astrología, atribuyendo tales conductas a las leyes mecánicas de los astros. Como en tantas otras facetas de la vida sublunar sometida al imperio de los signos del Zodíaco, de los planetas y de otras Constelaciones con una historia mítica determinada, los incestos están bien representados en la teoría astrológica de la literatura pseudocientífica grecorromana y en la exégesis práctica de los ejemplos más conocidos del mito o de la historia afectados por este problema.
Entre los primeros nos basta y sobra con el caso de Edipo, modelo de comportamiento incestuoso y de los sufrimientos que acarrea dicha conducta, considerada una lacra para la sociedad. En cuanto a los segundos, aunque, como hemos dicho, el incesto parece institucionalizado en las esferas más altas del poder divino y de las monarquías que lo imitan (Egipto y Mesopotamia), fueron los persas el referente más próximo para griegos y romanos al respecto, y será a ellos a quienes remitan tanto los textos literarios empeñados en establecer una diferencia entre barbarie y helenidad (Eurípides) hasta los siglos III y IV d.C., cuando todavía vemos discutir sobre la justificación astrológica de esta costumbre persa.
En lo que atañe a los aspectos que debemos tener en cuenta a propósito de la justificación astrológica de esta lacra, nuestro análisis seguirá la metodología propia de este tipo de exégesis:
1) descripción de los efectos de aquellos planetas y decanos implicados en el incesto, entendiendo como tal las relaciones sexuales y matrimoniales hasta el tercer grado (abuelos-nietos) y, eventualmente, hasta el cuarto grado (primos y relación tíos-sobrinos).
2) descripción de las constelaciones zodiacales y eventualmente extrazodiacales, que influyen en este terreno, explicando las razones que pueden justificar dichas influencias.
3) los términos y los lotes.
4) la dodecátropos, con indicación de los lugares que afectan, al respecto, a la posición de los planetas en ellos o en relación aspectual o no con ellos.
5) Y, para concluir, analizaremos, a la vista de la doctrina expuesta en relación con todas esas propiedades de los elementos astrológicos, el horóscopo de Edipo tratando de precisar la historia de su tradición, de acuerdo con los escasos testimonios literarios que nos han llegado.
3. Planetas

Roundel with Bust of Atargatis-Tyche and Zodiac, Khirbet Tannur/Petra; Jordan.
A diferencia de otros temas, que están bajo la influencia principal del planeta que por la historia mítica y religiosa de su dios tutelar o por sus características físicas y astronómicas los representa, el incesto no es cuestión de uno solo ni de dos, sino que en sus referencias astrológicas convergen por lo general varios de ellos; son importantes para los efectos en este sentido las configuraciones mutuas de los planetas más pertinentes y sus posiciones en determinados signos del Zodíaco o lugares de la dodecátropos. La pluralidad de astros implicados responde en cierto modo a la diversidad de elementos que intervienen en el incesto y que reflejan las distintas perspectivas y matices que intervienen en este tipo de relaciones interpretadas a menudo más como desviación sexual, con todas sus implicaciones, que como relación natural de pareja, al menos en el mundo griego y romano. Cada planeta o grupo de planetas aporta sus especiales connotaciones a esta relación entendida como acto erótico, matrimonio, seducción femenina, actitud de sumisión, abuso de poder masculino, incluso interés económico y mantenimiento de los roles de la pareja cuando esta se rompe (por ejemplo por fallecimiento de uno de sus miembros); y, sobre todo, los planetas se entienden como símbolo de los miembros de la unidad familiar afectada por el incesto: así Saturno representa al padre y los hermanos mayores, Júpiter a los hermanos medianos, Marte, a los hermanos medianos, el Sol, al padre y al hermano mayor o al mediano, la Luna, a la madre y la hermana mayor, Venus, igualmente a la madre, pero también a las hermanas pequeñas y Mercurio, a los hermanos menores. No obstante, aunque las configuraciones astrales a menudo pretenden explicar muchos de estos perfiles del problema, siempre hay algún planeta que, por asumir el mayor número de ellos o porque simboliza las claves que lo han llevado a ser considerado moralmente reprobable, tiene un papel principal en sus configuraciones. Valente, recogiendo una doctrina que probablemente remonta a Hermes Trismegisto, atribuye el papel de la mujer en las relaciones matrimoniales a Venus y el del hombre a Marte, pero Tolomeo (tal vez siguiendo a Nequepso y Petosiris) distingue entre los matrimonios legales, donde el papel de la mujer es desempeñado por la Luna y los aberrantes (incluyendo el incesto) en los que ese papel corresponde a Venus. En cualquier caso, como en otras aberraciones sexuales, el planeta estrella (valga el pleonasmo) en nuestro caso es Venus, causa primera de las tendencias eróticas que subyacen en el incesto, del deseo sexual que conduce a él y de la conducta femenina aberrante que está implicada en la mayoría de los casos. Después de Venus y a menudo en connivencia con el, corresponde una gran responsabilidad en este asunto a la Luna (astro femenino por excelencia) y símbolo de la madre, implicada directa (como pareja interviniente, igual que entre los persas) o indirectamente (por omisión en el abuso de los padres y otros familiares masculinos o femeninos sobre las hijas e hijos) en este tipo de relaciones. Y, en cuanto a los planetas masculinos, además de Marte, no podemos olvidarnos de Saturno, que representa la vejez y la esterilidad (tal vez en gran parte la opinión negativa que tiene la sociedad de las relaciones intrafamiliares se debe a que están motivadas por la satisfacción de los apetitos sexuales más que por el deseo menos censurable de la procreación). Pues bien, si Venus como símbolo de la mujer joven y la Luna como representación de la madre juegan su papel en el incesto, la participación de los otros astros en el incestuoso carrusel del sexo se debe a que simbolizan al padre (el Sol, Júpiter y en cierto modo también Saturno), al amante (Marte), a los hijos (Mercurio) y, de nuevo Saturno, a los abuelos; aunque, como veremos, a estas asociaciones referentes a la estructura familiar en la que se producen los incestos, se suman otras que es tarea nuestra establecer como hipótesis verosímiles, no siempre demostrables.

3.1. Venus y las relaciones incestuosas: Como planeta del deseo erótico en general, efectivamente el astro más ligado al incesto es Venus; pese a que es benéfico (y todavía en algunos textos, que seguramente recuerdan un momento en que el incesto gozaba de regulación jurídica y social, conserva ese valor positivo), desde el momento en que el incesto es reprobable, su responsabilidad en él lo hace comportarse de forma negativa.
A propósito de su papel en las relaciones familiares, los astrólogos muestran cierta ambigüedad, tal vez relacionada con la etapa helenística de la astrología desarrollada sobre todo en el Egipto tolemaico, cuando las relaciones sexuales y matrimoniales intrafamiliares eran aceptadas, especialmente entre las élites griegas del reino. Este es uno de los argumentos utilizados por F. Cumont en su tesis sobre el origen tolemaico de la astrología griega.
De ese protagonismo son prueba la mayoría de las prescripciones que leemos sobre el incesto en los textos astrológicos, donde entra el planeta en un porcentaje que, sin alcanzar el 100% supera el 75% o incluso más.
a) Aparece con Saturno: Una de las asociaciones más frecuentes en este asunto es la de Venus (que aporta el deseo sexual y representa ya sea a la madre, a la hermana o a la hija) y Saturno (causante de los aspectos negativos de la relación y símbolo de la diferencia de edad existente entre padres e hijos, abuelos y nietos, y tíos y sobrinos, que representan las formas más usuales de incesto). En general, sin embargo, la aportación de Saturno a este tipo de relaciones es su carácter secreto. -Manetón, cuando aplica a las mujeres la configuración planetaria que hay en el horóscopo de Edipo (sobre el que trataremos más adelante) y que las induce a acostarse con su padre, termina añadiendo a modo de apéndice algunas indicaciones sobre el planeta Saturno en el sentido (al parecer) de que esa conducta femenina tiene un carácter secreto cuando se dan los supuestos de tutela del viejo planeta: que sea señor de la suerte del matrimonio, que esté en el horóscopo, o que esté en el occidente (casa del matrimonio). Entonces λάθρῃ παρθενίης ζώνην λύσαντο τοκεῦσιν/ ἠὲ κασιγνήτοις σφετέροις πατέρων τε τέκεσσιν. La importancia de la asociación entre estos dos planetas es evidente en la etnografía tolemaica, donde la autoridad sobre las triplicidades correspondientes explica precisamente las relaciones incestuosas consideradas normales entre los persas y entre los egipcios. Por ejemplo, en Tetr. 2.3,25, la afinidad del segundo cuadrante ((India, Ariana, Gedrosia, Partia, Media, Persia, Babilonia, Mesopotamia, Asiria) con el trígono suroriental Tauro-Virgo-Capricornio, gobernado por Venus y Saturno en los aspectos orientales, adorado el primero como Isis y el segundo como Mitra-Sol, explica las relaciones entre madres e hijos (διὰ ταῦτα, δὲ καὶ τοῖς πλείστοις αὐτῶν συνέπεσεν ἐκ τῶν μητέρων τεκνοῦν); y en Tetr. 2.3, la cuestión corresponde a los países del último cuadrante en su parte suroccidental (Cirenaica, Marmárica, Egipto, Tebaide, Oasis, Troglodítica, Arabia, Azania, Etiopía Central) afín al trígono Géminis-Libra-Acuario, gobernado por Saturno, Júpiter y Mercurio (aquí no está presente Venus), lo que explica las relaciones incestuosas con las hermanas, tradicional en el Egipto tolemaico: πολυγύναιοι δὲ καὶ πολύανδροι καὶ καταφερεῖς καὶ ταῖς ἀδελφαῖς συναρμοζόμενοι. El propio Tolomeo, al analizar las relaciones matrimoniales, en otro lugar de su obra, insiste en la relación entre Venus y Saturno, especialmente si intercambian sus domicilios (Capricornio y Libra) como explicación de las relaciones entre parientes. La anomalía general en las relaciones eróticas que supone la combinación de Venus (representación de la mujer en edad fértil) con el viejo Saturno se traduce en desgracias en la pareja, infertilidad y falta de sintonía dentro de ella. Si, en cambio, es Venus quien está en la casa o en decano de Saturno y éste se encuentra en oposición, sus efectos se extienden a todos los grados de incesto: no respetarán a las mujeres o concubinas de hermanos, padrastros, tíos, señores y patronos y harán coitos ilícitos incluso con sus propias mujeres; muchos se casarán con sus madrastras o las esposas de hermanos y tíos, de tal modo que el padre, el hijo, el tío y el hermano compartirán la misma esposa, a su madre e hija y dos o tres hermanas. Y si Saturno es mirado por Venus de noche y Marte está en aspecto con ellos, se acostarán con las mujeres de su familia o incluso con su madre e hija. En un grado suave de incesto incurren quienes, según Valente, tienen en triplicidad a Venus con Saturno, ya que se acostarán con las mujeres de sus hermanos, tutores, padres y con sus suegras (o madrastras). Aunque a veces contribuyen al incesto otras configuraciones planetarias, sin embargo, el núcleo responsable de éste corresponde a la asociación entre Venus y Saturno, intercambiando sus domicilios. La asociación de Venus y de Saturno en ángulos importantes (horóscopo, M.C. y Occidente) y en sus domicilios (Capricornio y Libra) propicia los incestos, sobre todo si se añade la configuración con una de las dos luminarias, siendo el tipo de incesto distinto, según que la configuración sea con la Luna o con el Sol. Si es la Luna (y aquellos están en ascendente o/y MC) los varones se acostarán con sus madres, suegras (o madrastras) o hermanas de sus madres y las hembras con sus hijos, hijos de sus hermanos o maridos de sus hijas. Y si la luminaria es el Sol y los dos planetas están occidentales, los varones se acostarán con sus hijas, las hijas de sus hermanos o las mujeres de sus hijos y las hembras con sus padres, los hermanos de sus padres o sus suegros. Venus en Occidente con Saturno o en el Bajo Cielo induce a matrimonios innobles.
b) Más especializada, aunque también una de las más importantes, es la asociación de los dos astros femeninos por excelencia, Venus y la Luna; si, como veremos, la relación de Venus con el Sol implica incesto con el padre (por el simbolismo de esta luminaria) como es lógico la presencia de la Luna en configuración con Venus va a significar el protagonismo en este tipo de relaciones de las mujeres de la familia y particularmente de la madre; la influencia de ambos astros en lo que respecta al incesto entre hermanos es mayor, si ambas están en los centros o en configuración entre ellas, sobre todo si se añade la observación de los planetas masculinos Júpiter y Marte. A la Luna como única responsable de los incestos ya la propone el L.H. cuando está en ascendente, en su propia casa (Cáncer), en su exaltación o en triplicidad con planetas benéficos, libre de los maléficos. En esta situación, se le atribuyen efectos favorables como hijos de madre noble (la Luna representa a la madre), aristócratas, ricos, prósperos y que se casarán con mujeres importantes. Pero también, sigue diciendo el texto, coniungit filiorum etiam semen. Plures autem et consanguineas eorum accipiunt. Ahora bien, si está en ascendente o en el segundo y Venus en el IC, libres de planetas malos, también los nacidos en esas condiciones serán hijos de madre noble, aunque (aquí el incesto es más claro) se casarán con parientes nobles consanguíneos (tanto ellos como ellas). Estos dos pasajes son ejemplo tal vez de ese pasado menos crítico sobre el incesto que podía remontar a la sociedad alejandrina de los Tolomeos, cuando, por razones sociales y económicas fundamentalmente, la élite griega favorecía el matrimonio entre hermanos.
Pero no es lo normal (esa orientación favorable) y con frecuencia vemos que el efecto de la Luna en asociación con Venus y otros planetas es tan negativo como negativa era la opinión grecorromana sobre tales relaciones familiares. Su responsabilidad en los incestos viene favorecida por su posición dominante en las configuraciones con otros planetas. Así, en el texto de arriba la Luna ocupaba el horóscopo o estaba en su casa. Y en otro ejemplo, también del LH, de hecho es su presencia en el MC lo que determina los incestos cuando el Sol, Saturno, Marte y Venus se encuentran en Aries (un signo concuspicente) en el ascendente. La mayoría de los efectos que tiene Venus en este campo cuando está en determinados lugares de la dodecátropos se asocian a su relación con la Luna, de la que se tiene en cuenta especialmente la conjunción y la oposición, pero también las aproximaciones y alejamientos. En particular, si la Luna se dirige hacia Venus motiva toda clase de aberraciones y comportamientos sexuales anómalos, entre los que se incluye sin ningún tipo de restricción moral el incesto: los nacidos entonces deshonrarán a sus hermanas o a las hijas de éstas, a las esposas de sus hijos y nietos, se acostarán con sus madrastras (o suegras) o con las concubinas de su padre y lo mismo con sus tías, sobre todo si se suma algún aspecto con Marte. Lo mismo ocurre si nace una mujer con esta disposición de la Luna dirigiéndose hacia Venus: se acostará con sus hermanos e hijos, con los hijos de sus hermanos o con sus tíos o seducirá a sus nietos y parientes. Estas influencias serán mayores si Venus se encuentra en signos trópicos o erráticos, dobles o escamosos y más aún si concurre aspecto cuadrado o diámetro con Marte o Saturno o si una o ambas están en domicilios de Marte o Saturno, sin configuración con Júpiter. Pero (ya dijimos que hay cierta especialización derivada de las relaciones entre ambos astros) dicha asociación implica en particular el incesto entre hermanos, aunque sus efectos se extienden al incesto en general. En cuanto a la oposición de la Luna y Venus, indica el coito con los padres o los hermanos o con los hijos o nietos).
c) Si ya en concreto la relación de Venus con Saturno o con la Luna induce al incesto, como hemos visto en los apartados anteriores, la asociación de los tres astros (Venus, Saturno y la Luna) es una mezcla verdaderamente explosiva. Cuando los tres están juntos en el ascendente, en una casa de Venus (este es el componente sensual), los hombres se casarán con las mujeres de su familia (madres, madrastras, hermanas, sobrinas) y las mujeres con los hombres (padres, padrastros, tíos y sobrinos). Y, si en lugar de signo de Venus, es cualquier otro, la relación se limita a las madrastras, pero no a las madres. La deflixio o alejamiento de la Luna respecto de Venus y Saturno, entre otros efectos negativos desde el punto de vista sexual, favorece, en el caso de nacimientos femeninos, el incesto y la prostitución, pues (esta es una hipótesis verosímil) las deja a merced de Venus y Saturno sin la protección de la madre representada por la Luna que, como esas madres desnaturalizadas de nuestra época, se aleja sin querer saber nada.
d) Otros planetas aparecen también con Venus, aunque la exclusividad es más rara: Si es Júpiter el que se configura con Mercurio y Venus, induce al matrimonio con las propias hermanas y parientes. Si son Marte y Venus los planetas en conjunción y están en aspecto con la Luna, producen un matrimonio incestuoso (calificado de ἀθέμιστον) ya que los nacidos entonces se casarán con sus parientes.
e) Con el Sol: Excepcionalmente el incesto viene condicionado por la relación entre Venus y el Sol, debido al valor simbólico de esta luminaria como representante del padre, como leemos en Valente. En -Manetón la conjunción de ambos en el MC induce a las relaciones con las concubinas del padre o con las madrastras. El Sol, incluso, como representación de la autoridad, es responsable de determinados incestos, si se encuentra en términos de Mercurio. Sus efectos entonces son positivos (será ensalzado, tendrá autoridad, gozará de cualidades superiores a las de sus padres, será el hermano mayor y su nombre será conocido por muchos; adquirirá muchos bienes y (aquí el incesto carece de cualificación negativa) ducet in uxorem propriam sororem extrinsecus et obtinebit cum ea.
f) Los términos: Hay algunos términos especialmente sensibles para la acción incestuosa de los planetas. En realidad se trata de una proyección de los efectos propios de los astros más implicados (Venus y Saturno sobre todo) sobre aquellos grados que tutelan en los distintos signos. Los textos astrológicos no suelen mencionar en este caso el signo, sino sólo el planeta al que pertenecen los términos, por lo que la influencia es más atribuible a éste que a aquél. Así, los términos de Venus, cuando el horóscopo coincide con ellos y son transitados al mismo tiempo por Saturno, en nacimientos diurnos, faciet impuros, impudicos, sordidos et miserae libidinis uitiis implicatos, et qui ad naturales coitus uenire non possint, sed qui contra naturam praepostero libidinis furore rapiantur; el incesto es igualmente la tendencia de aquellos que tienen a la Luna en términos o decanos de Venus. El incesto entre hermanos está condicionado por la posición de Venus en los términos de Júpiter y de éste en los de aquella; pero una situación parecida induce al coito de la madre con los hijos, aunque en este caso se suma la coincidencia de Saturno y Venus en el mismo signo:
[De his qui cum matre coeunt.] Si in uno signo Saturnus et Venus in eadem parte fuerint, aut si in diametro vel in quadrato collocati, easdem habeat, aut cum ipsis sit collocata, Iuppiter vero in finibus Veneris constitutus quacumque illos radiatione respiciat, matrem et filios faciunt matrimonium contrahere.
Lo mismo ocurre con las relaciones de padres con hijas y de hijas con padres. Si en estos casos los efectos se deben a la relación entre Júpiter (representante del padre) y Venus (representante de la hija), efectos similares encontramos en el intercambio entre Mercurio (representante de los hijos) y Venus (representante de la madre), sobre todo si Júpiter (el padre) está en aspecto cuadrado, negativo: Si uero Mercurius in finibus Veneris fuerit, et Venus in finibus Mercurii, et si sic collocati quadrata uel diametra se radiatione respiciant, Iuppiter uero hos aut de quadrato aut de diametro respiciat, faciet filios a patribus muliebris libidinis maculam sustinere. Pero si solamente se trata de la posición de Mercurio en los términos de Venus, el nacido lo hará en un templo o tendrá cualidades oraculares, pero se casará con una pariente próxima o con su hermana.
g) Por último, también los decanos y términos de Venus producen efectos de este tipo si la Luna se encuentra en ellos, como indica Fírmico Materno.
4. Los signos del deseo

Pietro Testa – A Youth favored by Fortune
Aunque ya desde Doroteo (que recoge su doctrina sobre todo de Nequepso y Petosiris) el incesto, por producirse en el seno de la familia, se liga a las posiciones de los planetas en sus casas, lo cierto es que hay determinados signos que conttribuyen más a este tipo de conductas sexuales ilegítimas, por su condición expresa como disolutos (ἀσελγεῖς). Son estos, en general, Aries, Capricornio, Piscis y Tauro); pero a ellos se añaden Leo, Escorpio y Piscis, y también Libra y Sagitario, según propone Teucro.
4.1. Signos de Saturno: Tienen un papel relevante en las posiciones planetarias que inducen al incesto. En el horóscopo de Edipo (cuyo estudio dejamos para el final de este trabajo) Fírmico comienza poniendo el énfasis en el papel jugado por los signos de Saturno como lugar en el que se encuentran Júpiter y Venus para ejercer su inflluencia sobre quienes se acuestan con la madre. El Ps.-Manetón es también muy claro respecto del papel ejercido por Venus cuando está situado en las casas de Saturno; entre otros efectos negativos relativos al matrimonio, el poeta le atribuye las relaciones incestuosas con la suegra y las concubinas del padre.
4.2. El signo de la Luna: También Cáncer (ascendente como veremos del horóscopo de Edipo) juega un papel en las relaciones incestuosas.
4.3. Las casas de Júpiter sólo excepcionalmente se mencionan a propósito del incesto, probablemente por el simbolismo del planeta como “padre”. Se trata ahora de un texto de Fírmico en el que la presencia de Marte en el horóscopo (casa de Júpiter) mirados por Saturno en triplicidad y con la Luna in novissimis horoscopi partibus constituta inducen a los que nacen con esta disposición a acostarse con su madre o con su madrastra. En el caso de la mujer, lo hará con su padre o su padrastro.
5. Los decanos
Aunque su implicación en nuestro tema suele estar ligada a su representación planetaria (como hemos visto a propósito de los efectos de determinados astros), en la larga descripción que nos ofrece Hefestión de las influencias decánicas, se liga concretamente a conductas incestuosas, el primero de Escorpio, tal vez tanto por la condición de ἀσελγές del signo como por la implicación en los incestos del planeta Marte, que lo personifica:
ὁ γεννώμενος ἐπὶ τοῦ πρώτου… ἐὰν δὲ ὁ τῆς ᾿Αφροδίτης ἐπιθεωρήσῃ χρυσοῦ καῖ ἀργύρου τεχνίτης ἤτοι χρημάτων καὶ ὑπὸ γυναικῶν εὐνοεῖται, τινὲς δὲ ἀδελφαῖς συνέρχονται καὶ τεκνοῦσιν.
el nacido en el primero… si Venus se configura con él, es artista de oro y plata o de objetos preciosos y es bien acogido por las mujeres; y algunos se acuestan y engendran con sus hermanas.
6. Paranatéllonta
No hay mucha literatura al respecto. Es presumible que el carácter libidinoso del Perro sea la razón por la que inducen al incesto los grados últimos de Cáncer en la descripción del Liber Hermetis, aunque no hay una explícita indicación de causa-efecto en el texto en cuestión. Sin embargo, sí parece que es la aparición de Cefeo la causa de las relaciones incestuosas atribuidas por Fírmico al grado quince de Capricornio, aunque en este caso se aduce además la presencia en él de Venus y Mercurio y la posición occidental del astro (por lo que parece que contribuye el lugar de la dodecátropos, que tiene influencia sobre las relaciones matrimoniales).
7. Los lugares de la dodecátropos
Por último, determinados lugares de la dodecátropos aparecen en los textos astrológicos ligados al incesto, especialmente cuando los planetas más relacionados con el tema (Venus, Luna, Saturno, Marte) se encuentran en ellos y en determinadas configuraciones.
7.1. Εn el primer lugar (el Horóscopo) la tendencia al incesto viene marcada por la coincidencia en él de los dos planetas que (como ya hemos visto) inducen a ello, a saber, Venus y Saturno, como leemos en Retorio; pero también la presencia de Venus en los centros principales (horóscopo y medio cielo) ocasiona relaciones incestuosas, si el planeta está configurado con la Luna, de acuerdo con Doroteo-Anubión.
7.2. El lugar específico debería ser el Occidente (7º) al que corresponde la competencia en el matrimonio y las relaciones de pareja. Y, en efecto, no faltan influencias astrológicas que inclinan a conductas incestuosas cuando Venus transita por esta casa (especialmente en signos térreos); o cuando lo hace la Luna, que induce a relaciones con dos hermanas; pero realmente no son tan abundantes como esperaríamos los ejemplos de incesto ligados a este lugar en la literatura (podemos decir que son excepcionales los que acabamos de leer); en cambio, hay otros más implicados, ya sea por sus influencias sobre la familia (hijos, hermanos) o por la condición de los planetas (siempre el protagonismo especial de los planetas) que los tutelan (Venus en el quinto, la Luna en el tercero y Saturno en el duodécimo). Esto último es el fundamento para el incesto de la combinación del horóscopo y el occidente cuando sus planetas soberanos (βασιλῆες) ocupan el mismo signo en el momento del nacimiento. En esa situación, dice Doroteo, se producen disputas dentro de la familia y, si el planeta señor del signo es Venus, esas tienen que ver con las mujeres de la casa:
καὶ Ἑρμείαο μὲν ὄντος
ζωιδίου πρὸς τέκνον ἢ ἐν τέκνοιό γε τάξει
κείμενον, εἰ Παφίης δὲ τύχῃ κατέναντα γυναικῶν
ἢ καὶ ἀδελφειῆς προσκηδέος ἠὲ θυγατρός
ἠέ νυ θηλυτέρης ξυνὸν λέχος ἥτε λέλογχεν,
7.2. El quinto: Su importancia en este campo se debe sin duda a la tutela que tiene sobre él el planeta Venus. Significativo es un texto de Fírmico en el que las relaciones del abuelo con la nieta están determinadas por la posición en el quinto de Saturno y de Venus y Mercurio en el IX (en este caso la configuración tiene más que ver con el valor negativo del diámetro que con las influencias del lugar tutelado por Júpiter). Aquí, lógicamente, Mercurio representa a las nietas, Saturno al abuelo y Venus y su lugar el carácter libidinoso de la relación.
7.3. El cuarto y el décimo: La posición de la Luna en el MC y de Venus en el IMC intensifican la acción que ya de por sí implica el diámetro entre ambos astros. Esta misma relación se lee también en Ps.-Manetón. El MC es importante si Marte lo ocupa en signo femenino, aunque en este caso colabora la posición de Saturno y Venus en el siguiente (XI) y Júpiter, Luna y Mercurio en el horóscopo, en signo de Venus, para el incesto con las madres, madrastras y tías maternas. En el mismo pasaje, pero un poco más adelante, también es decisiva para las relaciones con las mujeres de la familia la presencia de la Luna en el bajo cielo o, en este caso, en el occidente y la suma en esa configuración de Saturno y Marte.
7.4. El duodécimo: Por último, la importancia de este lugar para el incesto se debe a la tutela que ejerce sobre él el planeta Saturno, que, como hemos visto, tenía mucho que decir en las relaciones incestuosas entre padres e hijos. El texto más significativo al respecto es una prescripción de Fírmico Materno referida a la presencia de Venus en dicho lugar. Ciertamente en él, los efectos del planeta no se atribuyen exclusivamente a su presencia en el duodécimo, sino que se asocian además con las configuraciones de Venus con otros astros, especialmente la Luna, ya sea en diámetro (por sus incestos sufrirán grandes humillaciones y sólo piensan en cohabitar con sus hermanas, madrastras (o suegras), hijas y madres, por lo que obtendrán grandes ventajas); o en conjunción o cuadrado (en este caso se acostarán con sus hermanas o, si son externas a la familia, con dos hermanas a la vez, así como con sus hijas, madres, nueras o esposas de sus nietos, de sus hermanos, con sus madres, madrastras (o suegras) y sobrinas). Similares resultados encontramos en el caso de que el nacimiento en estas condiciones corresponda a una mujer; pues se acostará con sus hermanos, hijos, padres, hijos de sus tíos, maridos de sus hijas, con sus tíos, con los tíos de sus hijos, nietos y parientes o con dos hermanos a la vez. Hay, además, otras circunstancias que potencian estos efectos del planeta en este lugar, como son la naturaleza del signo (trópico, errático, escamoso o biforme) o el aspecto de Venus y la Luna o de ambas con Marte o Saturno en diámetro o cuadrado o que estén colocadas en domicilios de estos planetas o de Mercurio. Una variación de estas posiciones se concreta en otro texto de Fírmico donde la conjunción de Venus con Mercurio en el duodécimo con Saturno en el sexto (diámetro) significan igualmente relaciones incestuosas de los padres con las propias hijas.
8. Las suertes

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De las suertes que tienen que ver con el incesto, merecen citarse la de la esposa (durante el día se computa de Saturno a Venus y dicho arco se traza desde el horóscopo y, durante la noche, lo mismo pero desde Venus a Saturno), la del padre, la de los hijos, la de los hermanos (desde Saturno a Júpiter y el mismo arco desde el horóscopo) y, sobre todo, la del matrimonio. La coincidencia en el mismo lugar de ambas suertes induce a desposar a las hermanas y afines o, a los hermanos, en caso de nacimiento femenino. En cuanto al lote del matrimonio, el más importante, Doroteo Sidonio es bastante explícito con respecto a su importancia para el incesto, pues nos da las siguientes prescripciones:
1) Luna en su propia casa o exaltación con Venus (de nuevo la asociación de ambos astros) y en aspecto con Júpiter: Los nacidos se casarán con mujeres de su familia.
2) Venus y Luna en oposición, en cuadrado o en el mismo signo, en un ángulo significa matrimonio con una hermana o con la mujer de su familia más próxima a él.
3) Luna y Venus en el Bajo Cielo en aspecto con Júpiter: Matrimonio con parientes y tendrá hijos al final de su vida.
4) Señor del lote del matrimonio en el lugar del lote o en aspecto con él o con la Luna: el nacido se casará con una de sus parientes o con una sobrina.
5) Saturno con Venus en la casa de uno de los dos en el ascendente: relaciones sexuales con sus hijas y con sus hermanas mayores; pero si la Luna está en cuadrado con ambos, relaciones con su tía materna.
No obstante, también se tienen en cuenta las relaciones de los planetas que simbolizan a los distintos miembros de la familia con otras suertes, en particular con la del demon, la fortuna o el matrimonio. En este sentido ya hemos visto algo a propósito del papel de Júpiter o la Luna cuando tenían alguna relación con la suerte del demon o ninguna (en el segundo caso) coin la de la madre. En el texto que sigue, también de Valente, el astrólogo explicita el papel que corresponde a esos lugares, ahora de nuevo implicando al planeta Venus:
II38. ἐὰν δὲ ὁ τοῦ Διὸς οἰκοδεσποτῇ τοῦ δαίμονος, ὁ δὲ τῆς Ἀφροδίτης τοῦ γαμοστόλου, ἀδελφαῖς ἢ συγγενέσι συνέρχονται· καὶ ἐὰν μὲν ὁ Κρόνος ἐπιμαρτυρήσῃ, λαθραίως τὸ γινόμενον ἔσται· ἐὰν δὲ Ἑρμῆς ἢ Ἄρης, χωρισμοὶ δειγματισμοὶ γενήσονται. …… ἐὰν, Ἡλίου οἰκοδεσποτοῦντος, Ἀφροδίτη τοῦ γαμοστόλου κυριεύσῃ, Κρόνου μαρτυροῦντος, ἐπὶ θυγατρὶ ψογισθήσεται. … ἐὰν δέ πως ἐπὶ θηλυκῶν Ἀφροδίτη κυριεύσῃ τοῦ κλήρου, ταύτῃ δὲ συμπαρῇ ὁ Ἥλιος τὸν γαμοστόλον καὶ πατρικὸν κλῆρον κεκληρωμένος Κρόνου μαρτυροῦντος, πατράσι συνελεύσεται. ἐὰν δὲ κυριεύσῃ ὁ Ἥλιος τοῦ πατρικοῦ τόπου, συνελεύσεται πρεσβυτέρῳ πατρὸς τάξιν ἔχοντι.
Si Júpiter es señor de la casa del demon, y Venus de la del matrimonio, (los nacidos) se unen con sus hermanas o parientes; si Saturno está en configuración, lo ocurrido será en secreto; pero si lo está Mercurio o Marte se producirán separaciones se dará publicidad… … Si, siendo el Sol señor de la casa (sc. del demon), Venus lo es de la suerte del matrimonio, en presencia de Saturno, (el nacido) sufrirá difamación por causa de su hija. … Si en nacimientos femeninos Venus es señora de la suerte (de la fortuna), y la acompaña el Sol con la suerte del matrimonio y del padre, dando testimonio Saturno, (la nacida) se acostará con los padres. Y si el Sol es señor del lugar de los padres, se acostará con un viejo que tenga el rango de padre suyo.
Especialmente interesante es otro texto de Antíoco, en el que el astrólogo comenta los efectos de las distintas suertes (Τὰ αὐτῶν ἀποτελέσματα). Pues bien, el tránsito de la Luna por la suerte del matrimonio, o si se configura negativamente (diámetro o cuadrado) con esa suerte συγγενικὸν τὸν γάμον δίδωσιν ἢ καὶ ἐξ ἀδελφῶν. En este caso si Saturno es el planeta tutelar del signo donde cae la suerte y se encuentra en el lugar del matrimonio (el Occidente) la mujer será seducida por un viejo, que será de la familia paterna o materna, si además el Occidente es casa también de Saturno.
9. Disposición de múltiples planetas.

Como acabamos de ver, aunque Venus sea el verdadero protagonista de los incestos en la astrología, los demás planetas, aun sin configuración con éste, pueden indicar por si solos o en mutua relación comportamientos de este tipo. Entre esos astros, naturalmente, el protagonismo corresponde a las luminarias, y en especial a la Luna que representa a falta de Venus a los individuos femeninos (madre, madrastra o suegra, nuera y hermanas), así como a los planetas masculinos de los que generalmente la presencia de Marte indica a hermanos y yernos, la de Mercurio a los hijos e hijas, la de Júpiter a los padres y padrastros y la de Saturno o bien a los miembros más viejos o simplemente aporta el carácter secreto del incesto, como señala Valente. En este sentido son bien significativos varios pasajes de Valente que corresponden a su capítulo sobre la influencia de los planetas en los asuntos de pareja. En II 38.72 nos ofrece, en efecto esta prescripción que deja al margen el papel de Venus e implica otros planetas:
ἐὰν δέ πως Ζεὺς οἰκοδεσποτῇ καὶ τῇ Σελήνῃ συσχηματίζηται καὶ Κρόνος μαρτυρῇ, μητρὶ ἢ μητρυιᾷ συνελεύσεται· εἰ δὲ καὶ Σελήνη μὴ ἔχουσα λόγον πρὸς τὸν κλῆρον τῆς μητρός, πρεσβυτέραις συνελεύσεται.
Si acaso Júpiter es señor de la casa y está configurado con la Luna y los mira Saturno, se acostará con su madre o con su madrastra (o suegra); y si además la Luna (los mira) sin tener relación con la suerte de la madre, se acostará con mujeres mayores.
Tenemos otros ejemplos de este tipo, que implica a distintos planetas, en Fírmico (en un apartado específico De incestis nuptiis) y en el Pseudo-Manetón. Así,
1) Saturno en signo o términos de Júpiter o Júpiter y Venus en los de Saturno, con Marte y la Luna en cuadrado, dan lugar al nacimiento de individuos que cohabitarán con sus madres o madrastras, como señala Fírmico al abgrir su sección especial sobre los incestos. Si a esta configuración se suma Mercurio, lo harán con los hijos o hijas o nietos. La conjunción de Júpiter (hijo) y Venus (madre) en los signos o términos de Saturno (maléfico) explica ya de por sí la relación incestuosa entre padres e hijos que viene reforzada por el aspecto cuadrado (negativo) de Marte (hijo, amante) y la Luna (madre). La asociación a esta carta natal de Mercurio, subraya el papel de los hijos en la relación.
2) Luna (madre) con Júpiter (padre), Saturno (padre) y Marte (hijo) en una casa de Saturno, indica que el nacido se acostará en secreto con la madre, con la madrastra o con el padre. En este caso vemos que no es necesaria la presencia de Venus, cuya aportación como astro de la femineidad es ejercida por la Luna y su símbolo del amante por su pareja Marte, que además es el hijo. En esta configuración la casa de Saturno significa el carácter secreto de la relación. Si esta disposición tiene lugar en la casa sexta (‘Mala Fortuna’) de la dodecátropos, tutelada por Marte, significa que los hijos se casan con la madre después de la muerte del padre o las hijas con la madre. Si además se añade Mercurio, significa que las mujeres se casan con sus hijos y los varones con sus hijas.
3) La disposición en este pasaje (Iudicium de coniungio) es la siguiente: Venus en Capricornio (del que se indica su condición de impudico et mobili) Saturno y Luna en aspecto diametral con Venus (se subraya que Saturno es señor de la casa ocupada por Venus) y Marte en un lugar de Venus. Esto significa que la mujer se acuesta con su nieto, al estar Marte en oposición al lugar de los hijos y el Sol y la Luna lejos de este lugar.
4) Venus y Luna en signos femeninos, o en occidente o en el bajo cielo o, si ambos astros ocupan dos ángulos y los miran en oposición Marte y Saturno, entonces los padres se acuestan con las hijas.
5) Venus en una casa de Saturno en configuración con Júpiter o alejándose de éste para unirse con Saturno, si la mira Marte, se acuestan con sus nodrizas, con las mujeres de sus preceptores, con las madrastras, con las hermanas o hermanos de sus padres y madres. Estas conductas se incrementan si el Sol se configura con ellos o con la Luna, sobre todo si la Luna está configurada con ellos.
6) Venus en los signos de Saturno con Saturno y Júpiter es mala si quien primero se une con ella es Saturno y mira Marte a la vez a la Luna y a Venus con Saturno. Estos se acuestan con su madre (versión en el Ps.-Manetón de la configuración del horóscopo de Edipo). Si reciben el rayo del Sol, se acuestan con las madrastras y las concubinas del padre. En este caso la fuerza del Sol atenúa la conducta negativa anterior.
7) La misma prescripción relativa al incesto de la hija con el padre tras la muerte de la madre encontramos en el texto siguiente del L.H. en el que se hace intervenir, sin embargo, de nuevo al planeta Venus: la Luna estaba en un lugar de Marte con Saturno; el Sol en el lugar de los dioses y los viajes (el noveno) y Saturno en Leo.
8) La Luna in novissimis Cancri partibus (madre) dirigiéndose a Júpiter (padre) o en casa de Saturno y Venus (deseo y esposa) en casa de Saturno y Saturno (maléfico) en casa de Venus (libido) producen incestos similares a los anteriores: de padres con hijas o madres con hijos.
9) La posición de Venus en el octavo lugar de la dodecátropos incita las conductas libidinosas, según leemos en Paulo (que recoge la doctrina del Panáreto).
10) En otro apartado del mismo capítulo Fírmico resume las configuraciones que ocasionan el incesto con la madrastra [De his qui novercas ducunt uxores]: Júpiter (padre) y Venus (libido e hija) en los ángulos y en cuadratura (aspecto negativo) mirados también en cuadratura o diámetro por la Luna (elemento femenino negativo) significa que los nacidos se acostarán con sus madrastras o, si en lugar de la Luna la luminaria es el Sol, las mujeres con sus padrastros.
11) Merece mención especial un apartado en el que se trata de cohabitación con el hermano y el hijo:
De his qui cum fratre et filio coibunt. Si in cardinibus Venus, Luna et Iuppiter simul fuerint collocati, aut si, in cardinibus positi, quadrata aut diametra se radiatione respexerint, et Saturnus sic sit positus ut omnes qualibet radiatione respiciat, cum matre et cum filia coire faciunt. Sed si Saturnus Lunam et Venerem solas uiderit, latenter hoc facinus committitur; si uero totas aspexerit, publice ambas sortientur uxores. In mulieris uero genitura, si ubi Lunam posuimus Sol fuerit inuentus, et cum patre et cum filio coibit.
En este caso Venus (libido y esposa), la Luna (madre) y Júpiter se encuentran en los ángulos, ya sea juntos, en cuadratura o en oposición y Saturno (maléfico) dispuesto de forma que los mira a todos en cualquier configuración: los hijos se casarán al mismo tiempo con la madre y con la hija. Pero si Saturno sólo mira a la Luna y a Venus, el incesto será secreto, mientras que si mira a todos los planetas, será público. En el caso de nacimientos femeninos la disposición es la misma, pero la posición de la Luna es sustituida por el Sol (padre).
12) Y, por último, en lo referente a la distribución de los períodos de edad del hombre, repartida entre los distintos planetas (ya sea solos o en colaboración con otros), o sea, la doctrina de los epimerismos, las relaciones incestuosas son mencionadas por Retorio (probablemente a partir de Hermes Trismegisto, pero quizá también de Nequepso-Petosiris, ya que el texto pertenece a unos excerpta cuyo título en los códices aparece como Ἀποτελεσματικὴ σύνταξις ἐξ Αἰγυπτίων) sólo a propósito de los epimerismos de Mercurio. En los casi trece años de la vida humana que se le reservan y que controla solo o con los demás planetas, Retorio (o sea su fuente) menciona para su epimerismo con el Sol (1 año, 10 meses, 8 días y 13 horas) que el individuo tenderá a mantener relaciones con su cuñada o con la mujer de su padre (probablemente refiriéndose a la madrastra o a la concubina, aunque también podría ser a la madre). Es evidente que en esta prescripción la referencia al hermano y al padre tiene que ver con el Sol, que los simboliza a ambos, como ya hemos dicho.
10. El horóscopo de Edipo
No es raro encontrar en los textos astrológicos horóscopos de personajes famosos con los que sus autores tratan de ilustrar determinadas influencias originadas por las configuraciones planetarias. A juzgar por la serie de horóscopos que leemos en Fírmico Materno (cuya Mathesis parece una paráfrasis (casi traducción literal a veces) del tratado de Hermes Trismegisto) entre los que figuran los de personajes legendarios como Edipo o Paris, de autores famosos como Homero, Píndaro y Demóstenes, y otras figuras históricas como Arquímedes, esta tradición podría remontar a los primeros autores que crearon el sistema doctrinal de la astrología en la Grecia helenístico-romana.
- Los lotes familiares, según Paul. Alex.,
1. κλῆρος τοῦ πατρός: ἀπὸ μοίρας τοῦ Ἡλίου ἐπὶ μοῖραν Κρόνου ψήφισον ἐπὶ ἡμερινῆς γενέσεως.
2. κλῆρος τῆς μητρός: ἐπὶ ἡμερινῆς γενέσεως ἀπὸ μοίρας τῆς Ἀφροδίτης ἐπὶ μοῖραν Σελήνης.
3. κλῆρος τῶν ἀδελφῶν: καὶ ἐπὶ ἡμέρας καὶ νυκτὸς ἀπὸ μοίρας Κρόνου ἐπὶ μοῖραν Διὸς ψήφιζε ἅμα ταῖς ἀπὸ ὡροσκόπου μοίραις.
4. κλῆρος τῶν τέκνων: τὸ ἀνάπαλιν, ἀπὸ Διὸς ἐπὶ Κρόνον, προσθεὶς τὰς τοῦ ὡροσκόπου καὶ ἐκβάλλων ἀπ᾽αὐτοῦ.
5. κλῆρος τοῦ γάμου: ἐπὶ μὲν ἀρσενικῆς γενέσεως ἀπὸ Κρόνου ἐπ῀ὶ Ἀφροδίτην μέτρησον.
Naturalmente, para el tema que nos ocupa, el modelo no podía ser otro que Edipo, ejemplo del más horrendo crimen conyugal que se conoce: haberse casado con su madre y haber engendrado hijos con ella. En este caso concreto, hay indicios de que el horóscopo podría haberse inventado en los comienzos literarios de la astrología griega, es decir en el siglo IV-II a.C. y es bastante verosímil que ya figurara en los libros atribuidos a Petosiris. No sólo es Fírmico Materno quien lo recoge con indicación de todas las posiciones planetarias, sino que también hay ecos en otros autores anteriores, como el poeta Anubión del que un papiro ha confirmado la antigüedad de los datos ofrecidos por Fírmico y el Pseudo-Manetón que recoge sus referencias en el contexto de un libro cuya fuente él mismo menciona como Petosiris.
Los textos de Anubión, el Pseudo-Manetón y Fírmico son los siguientes:
1) Anub. F.:
ἢν Κρ[ονί]ων εἴη καὶ Φωσφόρος εἰν ἑνὶ ζῴῳ
τῷ δ… [..]..τύχῃ ζωιδ[ί]ῳ ὁ Κρόνος
καὶ πρώτ[ω]ι τούτωι συναφὴν τεύχῃ Κυθέρεια
καὶ Κρονικῶι ζ[ῴ]ῳ Ζεὺς τύχῃ ἥ τε Κύπρις
καὶ Πυρόις ὀλοὸς Κύπριν Μήνην τ᾽ἐσαθρήσῃ
καὶ μοῦν[ο]ς Φαίνων τὴν Κερόεσσαν ἴδῃ,
<>
ἢ ὅ γε μητρυιῇ μείξεται αἰνότατος.
ἢν δὲ γυνὴ κατὰ τοῦτο τύχῃ τὸ σχῆμα γενέσθαι,
μητέρος ἀνδρὸ λέξεται ἢ πατέρος.
2) Ps.-Maneth.:
ναὶ μὴν καὶ Κρόνου εὖτ᾿ ἂν ἐν οἴκοισιν Κυθέρεια
φαίνηται σὺν Ζηνί, Κρόνου κατόπισθεν ἰόντος,
δεχνυμένης αὐτοῦ συναφὴν καλῆς Ἀφροδίτης,
Κύπριδι μαρτυρίην Ἄρεως ἑτέρωθι φέροντος,
Μήνην δ᾿ ἀμφότεροι Θοῦρος Φαίνων θ᾿ὁρόωνται,
δὴ τότ᾿ ἀπ᾿ ὠδίνων ὁπόσοι φάος ἔδρακον ἠοῦς,
μοῖραν ἀνέπλησαν πολυπενθέος Οἰδιπόδαο·
τοῖσι δ᾿ ἄρα στυγεροὺς Ποιναὶ μέλπουσ᾿ ὑμεναίους
νερτέριαι, χείρεσσιν ἀναψάμεναι πυρὶ πεύκας·
μητράσι γὰρ σφετέραις φιλοτήσιον ἐς λέχος ἦλθον.
3) Firm., math.:
Si in Saturni signo Iuppiter et Venus simul positi easdem possederint partes, et Saturnus in uicino sit signo, id est in secundo fuerit inuentus, ut ipse primus coniunctionem Veneris uenientis cipiat, et Mars Lunam respiciens quacumque Veneri radiatione iungatur, Saturnus etiam Lunam pariter aspiciat, et Sol sit in MC., Luna et horoscopo in Cancro constitutis [si], incesto furoris ardore et potestatis alicuius praesidio subleuati matrum suarum conubia sortiuntur, aut nouercas suas praepostero mentis ardore; cupiditate possessi ad consortium tori genialis inuitant. Si uero mulieris fuerit ista genitura, matrimonii gratia haec eadem mulier aut patri iungetur aut uitrico. Talem Oedipodem habuisse genituram antiquae ferunt memoriae lectionum. Fuit enim horoscopus in Cancro, Sol in Ariete, Saturnus in Piscibus, Iuppiter et Venus in Aquario, Mars in Libra, Luna in nebula Cancri, Mercurius cum Sole.
Pero, más que lo que nos dicen expresamente estos autores, tal vez lo que interesa son los datos que no nos dicen, y que podemos deducir de las posiciones planetarias en los signos indicadas por ellos. En la figura (supra) recogemos todo el complejo astrológico de este horóscopo.
Aunque ni Doroteo Sidonio ni Vetio Valente mencionan a Edipo, sin embargo, algunas de sus prescripciones alusivas al incesto, están inspiradas en los datos que debieron transmitir los libros de Hermes y de Petosiris, recogidos por Anubión, Pseudo-Manetón y Fírmico. En particular, muchas de las referencias que nos ofrece Doroteo Sidonio a propósito de los lotes familiares (el del padre, el de la madre, el del matrimonio, el de los hermanos y el de los hijos) y de sus efectos de acuerdo con las configuraciones planetarias en el momento del nacimiento, así como los que derivan de los aspectos de los planetas, parecen ajustados al mito de Edipo–Layo–Yocasta y los cuatro hijos tenidos por Edipo con su madre. Veamos algunos ejemplos:
1) La conjunción de Venus y Júpiter en el mismo signo proporciona al nacido honores, fama y máximos cargos proporcionados por una mujer importante (en el caso de Edipo, fue rey de Tebas por su matrimonio con Yocasta).
2) Sol y Mercurio en conjunción (en nuestro ejemplo en Aries y el medio cielo) significa futura ruina a instancias divinas, como leemos en otro texto también de Fírmico.
3) Marte en oposición al Sol en nacimientos diurnos (detalle que observamos en el horóscopo de Edipo, donde Marte está en el bajo cielo y Libra) indica una muerte terrible para el padre (Layo murió a manos de su hijo), la pérdida de vista (Edipo se mutiló la vista), caída de una posición social elevada y aflicciones.
4) La Luna en su casa y en el horóscopo (aquí en Cáncer) significa en la doctrina astrológica sobre los matrimonios que el nacido se casará con una mujer mayor (Yocasta en nuestro caso).
5) Marte en el Bajo Cielo también indica destierro de la propia patria (otro detalle de la historia de nuestro héroe).
6) Saturno en Piscis: Según Fírmico, los nacidos en esta situación no disfrutarán de la hacienda del padre ni de la madre y, perdido todo, quedarán desnudos. Esto es válido tanto para la infancia de Edipo como para la vejez; pero todavía más claras son las prescripciones relativas a la salud de tales individuos, pues se predice que tendrán dolores en las extremidades (scil. los pies en el ejemplo de Edipo) y tendrán cicatrices producidas por hierro; además, sufrirán dolor por causa de sus hijos (como le ocurrió a él con Eteocles y Polinices.
7) La configuración en cuadratura de Marte con el Sol (ambos en el cuadrado de los trópicos) es mala para el padre y para el hijo, ya que enloqueceán y a veces se volverán ciegos (predicción que es válida igualmente para Edipo).
8) En cuanto al lote del padre, apunta en la dirección del destino reservado para Layo. Vetio Valente dice que si coincide con signo masculino (Géminis lo es) o su regente (Mercurio, aquí en el medio cielo) está en aspecto con un planeta maléfico (Marte, en el bajo cielo y, por tanto, en oposición) significa la anticipación de la muerte del padre con respecto a la del hijo.
9) También el lote de los hijos ofrece algunas curiosidades para nuestro horóscopo: el número de hijos de Edipo será de cuatro (Eteocles, Polinices, Antígona e Ismene), ya que entre el Sol (señor del signo del lote, Leo) y el lote hay cuatro signos. Y favorece este abundante número de hijos igualmente el hecho de que haya algún planeta en oposición con el lote de los hijos (en este caso Venus y Júpiter, en Acuario y, por tanto, en oposición con Leo).
10) Por último, tanto las posiciones de los lotes del padre y la madre (en oposición y en lugares negativos, el duodécimo y el sexto respectivamente) y del matrimonio y los hermanos (en el duodécimo) parecen alimentar también las desgracias míticas de Edipo, basadas en sus relaciones con su padre, con su madre y en sus desventuras conyugales que convirtieron a sus hijos en sus hermanos.

Pietro Testa – Pan et Vénus observés par Cupidon.
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Bibliografía
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