El cristianismo, intolerante por principio a todo otro culto, también lo fue hacia la astrología. Ofrece a sus seguidores, el reino de los cielos, el triunfo sobre los astros y el destino. Solo Dios – y no las técnicas (…).
El cristianismo, intolerante por principio a todo otro culto, también lo fue hacia la astrología. Ofrece a sus seguidores, el reino de los cielos, el triunfo sobre los astros y el destino. Solo Dios – y no las técnicas (…).