Astrologia na Medicina e Psicologia

La Astrología como parte del Curriculum del Mago Grecolatino

Occasio e Poenitentia

Aurélio Pérez Jimenéz

Universidad de Málaga
Esta publicación se ha realizado en el marco del Proyecto de Investigación “Los papiros mágicos griegos en su contexto” (FFI2014-57517-P), subvencionado por el Ministerio Español de Ecomomía y Competitividad.

δ

Ἰητὴρ ὢν ἀστρολόγος μάλ᾽ἐπαινετὸς εἴη,
Φάρμαχ᾽ἵν᾽εὐκαίρως τοῖς νοσέουσι πόρῃ·
Οἷον ἐν ἀρχαίοις Κρινᾶς ποτε Μασσαλιήτας
Νουνεχέως ἔδρησ᾽εὐτυχέως τελίην,
Μυριάδας χρυσῶν μισθὸν λάβεν εἴκοσι πέντε,
Εἰς δὲ πάτρης ἄλλας τεῖχος ἔδοκε τόσας.
Χρήσιμος οὖν ἄστρων τήρησις ἐφημερίδων τε
Εἰς ἰητρείην πλουτοδότειρα θ᾽ἅμα.

Sea muy digno de elogio un médico que sea astrólogo,
con el fin de que aplique en el momento los remedios a los enfermos.
Como en tiempos antiguos un día Crinas de Marsella
con sabiduría cumplió su arte con fortuna,
recibió de paga doscientas cincuenta mil monedas de oro;
y otras tantas dio para los muros de su patria.
Provechosa es sin duda la observación de los astros y de las efemérides
para la medicina, y muy lucrativa al mismo tiempo.

(CCAG XII, p. 168)

Aunque en los versos con que comienzo este trabajo no se trata de magos, sino del conocido médico Crinas de Marsella, me ha parecido oportuno comenzar con ellos por dos razones: 1) porque en época helenístico-romana, pese a los esfuerzos de Galeno en contra, las fronteras entre magia y medicina no son muy nítidas; y 2) porque ilustra la importancia de la astrología en el curriculum del médico como lo será también en el del mago, a quien ahora dedicamos nuestra atención.

Pero tratándose de magos antiguos, en los que su particular acción extraordinaria está determinada por condiciones especiales, psicológicas, personales e incluso biológicas, parece demasiado atrevido hablar de curriculum, como si la magia fuera una carrera profesional institucionalizada. Y nada hay más lejos de la realidad. Sin embargo, aunque no imprescindible, la tradición histórica sobre los más reputados personajes de la Antigüedad a quienes se les da la categoría de magos (y magas) pone en su haber profesional amplios conocimientos relacionados con los astros, en su mayor parte de carácter astrológico. Por eso tampoco es absurdo que consideremos las doctrinas teóricas y las aplicaciones prácticas de esta doctrina como parte importante (si no indispensable) de la actividad del mago. Este, según leemos en los papiros mágicos y en otras colecciones de textos relacionados similares, eleva su materia a la categoría de saber universal, cuando trata con ella de saltarse las normas impuestas por la necesidad en el orden cósmico, induciendo a potencias superiores a quebrantarlas. Sólo así logrará sus objetivos, casi siempre al margen de cualquier estructura establecida.

Por eso no está fuera de lugar que indaguemos el papel que le corresponde a la astrología en la cartera de conocimientos con que el mago instrumentaliza sus capacidades intuitivas, propias y heredadas, en orden a una mejor y más segura canalización de los poderes de que presume como tal. De hecho, en esta línea va la afirmación atribuida por Plinio a Ostanes de que

 “hay varios tipos de magia. Pues predice las disposiciones divinas con el agua (higromancia), con esferas (tal vez se refiera a esferas como la de Demócrito o la de Pitágoras), con la atmósfera (astrometeorología) y las estrellas (astrología), con lámparas (licnomancia), lebrillos (lecanomancia) y hachas (axinomancia) y de otros muchos modos, además de conversaciones con las sombras y los muertos.”

1. Magos Instructores

La referencia que acabo de hacer a Ostanes nos lleva a la cuestión de autoría de los tratados de magia, atribuidos casi todos ellos (en esto hay sensibles coincidencias entre magia y astrología) a nombres prestigiosos, históricos o legendarios, de la tradición esotérica persa, grecoegipcia, griega o judía. Zoroastro, Ostanes, Histaspes, Hermes Trismegisto, Asclepio, Demócrito, Pitágoras, Salomón, Moisés. Se trata de hombres o de dioses que asumen el papel propio de los sacerdotes antiguos en la transmisión de su saber de maestro a discípulo o de padre a hijo, precediendo sus tratados con prólogos donde documentan la importancia de los saberes implicados en ese arte. En nuestro caso concreto, no faltan tampoco las indicaciones sobre el papel que juega la astrología en los conjuros, la fabricación de amuletos, la recolección de plantas mágicas, el uso de gemas, piedras, animales y plantas en la elaboración de pócimas mágicas, etc. Buscando en los papiros y en los códices griegos o en textos tardíos, incluso medievales, encontramos no pocos ejemplos particulares de dicha instrucción, de los que extraemos aquí algunos significativos.

1.1. Zoroastro

Por lo que a uno de los más prestigiosos magos en época helenística se refiere, a Zoroastro, que, con el tiempo y la incorporación de tratados astrológicos y similares a su haber científico, acabó perdiendo su condición de sacerdote en favor de la de γοήτης, no sólo es el primero que, en la memoria de los griegos lleva esse nombre de mago, sino que pasaba por ser fundador de la magia y la astrología. De hecho, la Suda, en su breve biografía, le atribuye escritos tanto de magia (Περὶ φύσεως, Περὶ λίθων) como de astrología (Ἀστεροσκοπικά, Ἀποτελεσματικά, probablemente sinónimos). En concreto, sobre su producción mágica son bastante concretas las Pseudoclementinas y Zósimo, que atribuye a Zoroastro la pretensión de poder cambiar el orden fijado por la heimarmene mediante el recurso a la magia:  “Zoroastro, con el conocimiento de los cuerpos de arriba y con la magia se vanagloriaba del espíritu encerrado en su cuerpo y solía decir que podía cambiar todos los males del destino, tanto parciales como universales”; eso implica, en la terminología astrológica de Zósimo, un conocimiento de los fenómenos celestes como base para el control del destino con los poderes mágicos.

1.2. Hermes Trismegisto a Asclepio

Más significativo es el caso de Hermes Trismegisto con sus recomendaciones al discípulo, ya se trate de Amón o del propio Asclepio, a quien va dirigido uno de los escritos gnósticos del Corpus Hermeticum. Así, al final de la descripción de las plantas planetarias, el astrólogo, a modo de epílogo, subraya la importancia que tiene para que su aplicación nosológica sea eficaz la observación de algunos preceptos entre los que se incluyen, además de la no difusión de estas doctrinas, 1) cortar la planta en el día y hora correspondiente al planeta (con un breve catálogo de las correspondencias), y 2) añadir una oración en el momento de su recolección o de su aplicación:

“Tienes en un breve tratado el método que se te ha confiado, con el que curarás muchas de las principales y más graves enfermedades. En efecto, se te ha dejado preparar las recetas prescritas y guardar la doctrina que te transmito de modo que no pase a ningún hombre charlatán e ignorante. …. Si por cierto no te es fácil conseguir las plantas de esas latitudes, y por su utilidad te ves en la obligación de conseguirlas de otros lugares, ten presente coger cada una de estas sólo en ese día de la semana que es de aquel planeta al que pertenece la planta, y sobre todo en la hora de ese día que es precisamente del planeta… Y cuando la arranques de la tierra pronuncia la oración correspondiente y después de cogerla echa al agujero donde se encuentra la planta un grano de trigo o de cebada.”

Viene luego una enumeración de los días, horas y plantas de los planetas, así como, al final, una plegaria tipo para todas las plantas y los planetas correspondientes. El texto concluye con las siguientes palabras: “di la misma también cuando la utilices en la curación de la enfermedad, pero sobre todo en la preparación del remedio”.

1.3. El dios Asclepio-Imhotep a Tésalo

Imhotep

En la misma dirección van los consejos de Asclepio a Tésalo durante la experiencia mística que tuvo el astrólogo de Tiberio con el dios Imhotep en la Tebas egipcia, un texto editado bajo el nombre de Harpocración, pero cuyo verdadero protagonista (Tésalo) conocemos gracias a la traducción latina, como ya indicó Cumont. Omito aquí la descripción del ambiente mágico/astrológico y místico-religioso de esta revelación, de que se ha ocupado en unas bellísimas páginas Giulia Gasparro y que ha recordado recientemente José Luis Calvo. Pero sí me interesa subrayar, ya que lo indica expresamente el dios Asclepio, la importancia para el mago del uso instrumental de la astrología en la manipulación iatromatemática de las plantas mágicas. En este caso Tésalo acude a Asclepio porque las recetas publicadas por Nequepso no le han producido los resultados curativos deseados:

εὑρὼν δὲ βίβλον τινὰ Νεχεψὼ ιδ´θεραπείας ὅλου τοῦ σώματος καὶ παντὸς
πάθους κατὰ ζῴδιον περιέχουσαν διὰ λίθων τε καὶ βοτανῶν τὰ τῆς ἐπαγγελίας
παράδοξα ἐξεπληττόμην. ἦ δὲ ὡς ἔοικε βασιλικῆς μωρίας κενὸς τῦφος.

“Tras encontrar cierto libro de Nequepso, que contenía catorce fórmulas para  curar todo el cuerpo y cualquier enfermedad de acuerdo con el signo del zodíaco, mediante piedras y plantas, me sentí impresionado por lo extraño del anuncio. Pero al parecer se trataba de cierto vano tufo de estupidez regia.”

En su explicación de las razones por las que el método iatromatemático de Nequepso fallaba, Asclepio no discute la competencia astrológica del rey egipcio (“El rey Nequepso, varón muy inteligente y adornado con toda clase de virtudes…”), pero deja claro que carecía del conocimiento divino de su aplicación (“falto de revelación divina, no consiguió nada de lo que tu pretendes saber”). Pues bien, ese conocimiento es precisamente el correcto uso para la magia de la astrología:

φύσει δὲ χρησάμενος ἀγαθῇ συμπαθείας λίθων καὶ βοτανῶν ἐπενόησε, τοὺς δὲ
καιροὺς καὶ τοὺς τόπους ἐν οἷς δεῖ τὰς βοτάνας λαμβάνειν οὐκ ἔγνω. ὥρια γὰρ
πάντα τῇ τῶν ἄστρων ἀπορροίᾳ αὔξεται καὶ μειοῦται.

“Gracias a su buena condición natural conoció las relaciones simpatéticas de las piedras y las plantas, pero no supo los momentos y lugares en que hay que coger las plantas. Pues a su tiempo todo aumenta y disminuye con la influencia de los astros.”

Α continuación pone algunos ejemplos que corresponden a plantas planetarias para luego hacer el catálogo de las zodiacales, con explicación de las recetas de elaboración y administración para los distintos usos medicinales.

1.4. Salomón a Roboán

Si estos ejemplos de Hermes y Asclepio se refieren a aspectos concretos de la magia (cómo coger las plantas), las instrucciones de Salomón a su hijo Roboam van más allá, a la esencia misma de las prácticas mágicas. También el rey bíblico que ha cedido su nombre a tratados de magia y astrología tardíos, bien estudiados por Torijano, subraya la importancia de los conocimientos astrológicos para el mago, vinculando las doctrinas planetarias expuestas antes a propósito de su hidromancia astrológica, con la materia del tratado de magia que la sigue sin solución de continuidad. Así lo leemos en el prólogo a ese tratado editado por Delatte y, más claramente, en el diálogo que sostienen ambos en CCAG VIII 2. En este pasaje le habla Salomón a Roboam sobre la necesidad de observar los planetas y su movimiento por el Zodíaco para la magia. Y, al preguntarle éste dónde radica la energía de las cuestiones mágicas que se están investigando, el rey sabio le menciona plantas y piedras, pero sobre todo expone con claridad meridiana la exigencia que tiene el mago de un conocimiento preciso de la astrología planetaria para el aprovechamiento de esas energías:

Σολομὼν δέ φησιν· ἐν βοτάνοις καὶ ἐν λόγοις καὶ ἐν λίθοις κεῖται ἡ ἅπασα
τέχνη καὶ χάρις καὶ ἐνέργεια τῶν ζητουμένων. πρὸ πάντων δὲ γίνωσκε τὰς θέσεις
τῶν ἑπτὰ πλανήτων. εἰσὶ γὰρ ἑπτὰ πλανῆται διέποντες τὰς ἑπτὰ ἡμέρας τῆς
ἑβδομάδος· ἀρχώμεθα ἀπὸ τῆς πρώτης ἡμέρας τῆς ἑβδομάδος, ἤγουν τῆς ἡμέρας
τῆς κυριακῆς. καὶ ἐν τῇ πρώτῃ ὥρᾳ ὑποτιθέμεθα κυριεύειν τὸν Ἥλιον, εἶθ᾽οὕτως
τὰς ἑξῆς ἐροῦμεν.

“Y Salomón le contesta: En las plantas, en las palabras y en las piedras se encuentra todo el arte, la gracia y la energía de lo que se busca. Primero conoce las posiciones de los siete planetas; pues hay siete planetas que administran los siete días de la semana; comencemos por el primer día de la semana, o sea el domingo. Y en la primera hora suponemos que reina el Sol, y luego de esta forma diremos las siguientes.”

1.5. Hermes Trimegisto a Amón

Iniciamos este trabajo con unos versos bizantinos sobre el arte médico astrológico de Crinas de Marsella y no queremos cerrar esta parte de instrucción didáctica sin referirnos a la inmediata aplicación de la astrología a la medicina mágica ahora en una propuesta del mismo Hermes Trismegisto a Amón. En uno de esos tratados que circuló bajo su nombre, el sabio o dios al que remiten los griegos su saber astrológico dirige a Amón algunas consideraciones previas. Así, después de formular el principio del hombre como microcosmos, plantea la necesidad del conocimiento de la astrología como fundamento de la iatromatemática. En este caso, aunque lo mismo que en los versos sobre Crinas no se trata estrictamente de magia, sino de medicina astrológica, y las instrucciones que encierra el tratado no contienen elementos mágicos (ni invocación alguna, ni instigación a seres sobrenaturales, ni palabras mágicas para conseguir efectos curativos), el astrólogo hace extensiva a cualquier actividad humana (y la magia lo es) ese carácter básico del conocimiento de las estrellas, tal como hemos visto que se declara al comienzo del tratado y se insiste en el cierre del mismo: “Así pues hay que indagar el día y la hora de la declinación y observar la disposición del universo; pues sin la simpatía universal nada les sucede a los hombres”.

1.6. Un maestro medieval: Picatrix

Y, para terminar esta sección, sí se trata de magia en el libro medieval, pero que resume los conocimientos de la antigüedad grecorromana, tamizados por la cultura árabe, conocido como Picatrix. También aquí contamos con un extenso prólogo sobre la materia de la obra y en él vuelve a ponerse en valor la importancia formativa de la astrología para el mago. Estamos sin duda ante una declaración expresa de lo que se entiende por magia para un experto que ha leído, aunque también se trate de una obra espuria, el Centiloquium de Tolomeo. He aquí las palabras de Picatrix, suficientemente elocuentes por sí solas:

“Los sabios que están dotados de sentido común, nunca paran ni dejan de buscar e investigar para conocer y comprender los secretos que los sabios encerraron en sus libros y escribieron con palabras ocultas. También quienes descubrieron las predicciones con cuidados estudios hasta alcanzar lo que quisieron; pero los hombres imbéciles y carentes de inteligencia, no desean alcanzar ni desentrañar las predicciones. Ahora bien, el movimiento de mi voluntad me impulsó a estudiar la magia y las artes depravadas en el tiempo en que florecía con la juventud. Estudiaba en el Centiloquio de Tolomeo, en el que se dice que todo lo de este mundo está sometido a las configuraciones celestes. Es evidente que todos los sabios están de acuerdo en esto, que los planetas tienen influencias y poderes en este mundo con las que todo nace en él y se modifica por el movimiento de los planetas en los signos; por eso conocieron que las raíces de la magia son los movimientos de los planetas. Y quiero poner este ejemplo que aprendí de cierto sabio en trabajaba en estas ciencias, que habitaba en Egipto, en el palacio del rey, donde había un joven que había venido de las regiones de la India y que ya había estudiado mucho en materia de predicciones.”

2. La Práctica Astrológica de la Magia

No es extraño que, después de casi un milenio de convivencia estrecha de la astrología con la magia, al menos en las capas menos institucionalizadas de la sociedad helenística e imperial romana, los practicantes de ésta tengan todavía conciencia sobre la necesidad de conocer aquella. Y si no la conocen en sus detalles técnicos (horóscopo, dodecátropos, aspectos, decanos, cualidades y propiedades de los  planetas y sus relaciones con los signos del Zodíaco o con otras constelaciones que comparten personalidad astrológica con ellos) los tratados de plantas, las recetas de los magos, los caracteres, imágenes y palabras extrañas de amuletos, tabellae defixionum, papiros y códices, al menos los tenían ya familiarizados con esas fuerzas planetarias a las que se invocaba a la par con otros demonios, arcángeles, y potencias cósmicas igual de incomprensibles para ellos. Así que la astrología (aunque quizá no tanto como nos gustaría a sus historiadores) es un ingrediente más de las prácticas mágicas que debemos tener presentes a la hora de explicar los textos que las han vehiculado hasta hoy. En algunos casos, este conocimiento astrológico de los magos está explícito en los papiros; en otros, puede proponerse como hipótesis verosímil. No es mi intención aquí hacer un catálogo de lo que puede ser o no astrológico en textos mágicos o lo que pueda ser o no mágico en textos astrológicos. De lo primero ha dado buena cuenta (al menos para la edición de los papiros de Preisendanz) Hans Georg Gundel (1968) en un librito de mediados del siglo pasado, todavía de lectura indispensable para los interesados por este tema. Y recomiendo también, a propósito de los caracteres mágicos y de los símbolos y nombres de esta índole, algunos trabajos de Richard Gordon en los que, con su natural prudencia, no niega la verosimilitud de un origen astrológico para algunos de ellos. En cuanto a lo segundo, todo está en considerar si las prescripciones técnicas de la astrología se limitan a dar cuenta de los efectos de los agentes astrales sobre el mundo sublunar, o si sus principios doctrinales se utilizan para modificar el orden de las cosas y someter el poder que se les supone a esos agentes para lograr propósitos inalcanzables para la naturaleza humana. Dicho esto, pondré algunos ejemplos de cómo la astrología entra a formar parte en determinadas prescripciones y prácticas de la magia.

2.1. El círculo de la luna

Templo de Isis

El primer caso, y aquí los planetas tienen una presencia directa, es la incubación de Leontópolis (PGM VII 284-300), ejemplo de magia oniromántica, que Merkelbach ha estudiado poniendo en relación los textos de la descripción y de la oración con la lista de posiciones de la luna en los distintos signos del zodíaco, que influye en la eficacia de distintas prácticas. Demuestra esta fórmula la importancia astral y astrológica de la luna en los papiros mágicos, como reflejo de su protagonismo en la doctrina y en las prácticas rituales de los magos grecoegipcios. Al mismo contexto corresponde el dibujo que el mago tiene que hacer en su mano izquierda (fig. 1); aquí es importante la luna y su animal el ibis: una figura de ibis y en torno a ella en espiral la oración que ha de pronunciarse:

Κύκλος [ϲ]ελήνηϲ· ϲελήνη ἐν παρθένῳ· πανάλωτον πεποιημένον. ζυγῷ·
νεκυομαντεία. ϲκορπίῳ· πανκακώϲιμον· τοξότῃ· πρὸς ἥλιον καὶ ϲελήνην ἐπίκληϲιν
ἤτοι ἐπιλαλήματα. αἰγοκέρῳ· ὅϲα θέλειϲ, λέγειϲ ἐπὶ κάλλιϲτον. ὑδρηχόῳ· εἰϲ
φίλτρον. ἰχθῦϲ· εἰϲ πρόγνωϲιν. κριῷ· ἔμπυρον ἤτοι ἀγώγιμον. ταύρῳ· εἰϲ λύχνον
ἐπιλάλημα. δίδυμοι· χαριτήϲιον. καρκίνῳ· φυλακτήρια. λέων· κίρκα ἤτοι καταδέϲματα.

Oración: Ϲαχμουοζοζο, ὁ βροντῶν, ὁ ϲείων τὸν οὐρανὸν καὶ τὴν γῆν, ὁ
καταπεπωκὼϲ τὸν ὄφιν καὶ καθ᾽ὥραν ἐξαίρων τὸν κύκλον τοῦ ἡλίου καὶ τὴν
ϲελήνην ἐμπεριλαμβάνων Χωνϲου οχχα ενϲου ο βιβεροηϲοϲ.᾽ γράφε εἰϲ τὴν
εὐώνυμόν ϲου χεῖρα διὰ ζμυρνομέλανοϲ ἀκόλουθα τοῦ ἴβεωϲ.

“Órbita de la luna: Luna en Virgo: práctica mágica cuya realización todo lo somete. En Libra: necromancia. En Escorpio: práctica completamente maléfica. En Sagitario: hacia el Sol y la Luna invocación o encantamientos. En Capricornio: cuanto quieras, lo dices para el mejor resultado. En Acuario: para un filtro amoroso. Piscis: para una predicción. En Aries: encantamiento de fuego o de coacción. En Tauro: encantamiento ante la luz de una lámpara. Géminis: encantamiento para lograr favores. En Cáncer: amuletos. Leo: anillos o lazos mágicos.

Oración: Sachmouozozo, el que truena, el que sacude el cielo y la tierra, el que se ha tragado la serpiente y cada hora destruye el círculo del sol y rodea la luna, Chonsou och cha ensou o biberoesos. Escríbela en tu mano izquierda con tinta de mirra que acompaña al ibis.”

A diferencia de PGM III 276 ss. (que comentaremos después) este lunario sigue el orden de los signos zodiacales, comenzando por Virgo, el mes de Toth. En cuanto a los detalles de esta práctica y de la oración, aparentemente aleatorios, se puede proponer (aunque sólo sea a título de hipótesis) un fundamento astrológico: así, que el dibujo se haga en la mano izquierda es porque precisamente la luna rige la parte izquierda del cuerpo en las melotesias planetarias. La relación de Libra con la necromancia (que coincide en PGM III 276) tiene que ver tal vez con la función del signo como tránsito del Sol del trópico de Cáncer (el sur celeste) al de Capricornio (el norte celeste), que corresponde en nuestro hemisferio al mundo subterráneo (el de los muertos y en las orientaciones religiosas antiguas, desde Homero, al de los dioses). De hecho, las consagraciones zodiacales de estatuas divinas relacionan este signo con Némesis (relacionada con el planeta Saturno que tiene en él su exaltación) y dioses infernales. De las otras atribuciones la influencia maléfica de Escorpio tiene que ver con la naturaleza de este signo, casa de Marte; la benéfica de Sagitario, con su relación con Júpiter (del que es casa) y con el Sol (por estar en triplicidad con Leo, casa del Sol). Aries es el primer signo de la triplicidad de fuego e igualmente casa de Marte (lo que puede apuntar a las prácticas de coacción). Por otra parte, en la oración, donde se menciona el recorrido tanto del sol como de la luna, palabras mágicas como CHONSOU OCH se refieren expresamente a este astro (Merkelbach). En cuanto al ibis y la mirra, tienen su razón de ser en el simbolismo del primero como animal de la luna y de la mirra como planta de este astro.

Con este texto tiene evidente relación otro (PGM III 277-281) bastante más fragmentario y que no siempre coincide (al menos aparentemente) con el que acabamos de comentar. Recogemos la propuesta de edición de Preisendanz (eliminando los signos de puntuación por las razones que explicaremos):

[Κύκλοϲ]· ϲελήνη ἐν[…….. ἢ π]αρθένῳ πανάλ[ωτον π]οίει λεκαν[ομαντεία]ν, ὡϲ
θ[έλ]ειϲ, ἐν [καρκίνῳ πα]ραιτίαν ἀερομαντεῖο[ν…]ϲ ἐν διδύμο[ιϲ καθά]μματα[ ……
ἐν ]ζυγῷ πρόϲκλ[ησιν…. ]νων ἀπόλυ[ϲιν ……ν]εκυομαντ[είαν] ἐν ἰχθ[ύϲιν……..] οιω
ἢ ἀγώγ[ιμον] ἐν τοξ[ότῃ ἐπι]τηδίαν ………….. ἐν αἰ]γοκέρῳ ἱκα[νόν…… ἐν [] [] .

“Círculo: Luna en… o Virgo práctica que todo lo somete realiza; lecanomancia, como quieres, en Cáncer; petición de aeromancia en Géminis; conjuros para encadenar… en Libra; invocación … liberación …. necromancia en Piscis; … o filtro amoroso en Sagitario; asunto adecuado… en Capricornio; suficiente…. en.”

Si puntuamos como hemos hecho nosotros, y no como Preisendanz, las prescripciones se adecuan mejor (teniendo en cuenta las doctrinas astrológicas) a los signos: la práctica que todo lo somete (atribuida a Virgo) tiene que ver con la solidez del signo, que es de tierra; la lecanomancia, referida a Cáncer, es apropiada para un signo acuático como es éste; la aeromancia corresponde a Géminis (signo de aire); la necromancia es igualmente apropiada para Piscis que, según Tolomeo (Tetr. 4.4.10) produce νεκρομάντεις, probablemente por la relación entre el signo y Osiris (del que Hefestión dice que debe consagrarse la estatua en este signo). Por último, el filtro amoroso atribuido a Sagitario puede relacionarse con el carácter de éste como signo de fuego y la atribución de asuntos convenientes a Capricornio no está lejos de la prescripción (ὅϲα θέλειϲ, λέγειϲ ἐπὶ κάλλιϲτον) que le asigna la incubación de Leontópolis. Se acepte o no nuestra propuesta, lo cierto es que tiene más sentido que la estructura gramatical que sitúa la prescripción etrás del signo. En cualquier caso, frente al desorden atribuido por los estudiosos a este lunario, detectamos en esta secuencia al menos un cierto principio de orden basado en las triplicidades y los elementos que la astrología les ha asignado y que se sigue bien en los tres primeros signos: tierra (Virgo), agua (Cáncer), aire (Géminis); luego parece que el mago intenta seguir el mismo principio a la inversa: aire (Libra), agua (Piscis), tierra (Capricornio), pero introduce entre los dos últimos a Sagitario (fuego). Debido al carácter lagunoso del fragmento, no podemos saber el orden que tendrían Tauro (tierra), Escorpio (agua), Acuario (aire) y los dos signos principales del fuego (Aries y Leo).

2.2. Propiedades saturnianas del asfódelo

La referencia a la mirra en el apartado anterior nos lleva al segundo ejemplo, que tiene que ver precisamente con las plantas mágicas. En los catálogos que nos transmiten las Ciránides, Plinio, los herbarios latinos y medievales o los códices griegos y latinos de aquellos tratados que describen las plantas planetarias y/o zodiacales (Hermes Trismegisto, Tésalo, Salomón, Alejandro, Magno, Alberto Magno), etc. no siempre se puede hablar de magia, sino que, a menudo, se trata de usos terapéuticos fundamentados tal vez en las propiedades tóxicas de esas plantas y en la combinación con otras sustancias para lograr los efectos deseados por el médico. Pero las prescripciones astrales que suelen acompañar esas referencias sí que responden a supersticiones más relacionadas con la astrología que con la magia. Sin embargo, no faltan casos en que la preparación de recetas y amuletos con tales plantas o las propiedades que se le suponen a las recetas fabricadas con ellas evidencian un uso sobrenatural que transciende el sentido puramente astrológico o médico de los preparados. Un ejemplo es el herbario que, bajo el nombre del rey Alejandro Magno, se lee en un manuscrito británico (Codex Additicius 17900, s. XVII), y del que tenemos una traducción casi literal realizada por Alberto Magno; de él extraemos el primer ejemplo, relativo al patronazgo de Saturno sobre el asfódelo (fig. 2). Veamos el texto:

Ἐν μηνὶ Νοεμβρίῳ καὶ Φεβρουαρίῳ. Πρώτη οὖν βοτάνη Κρόνου ἡ λεγομένη
ἀσφόδελος· ταύτης ὁ χυλὸς ἄριστα ἁρμόζει καὶ καθ᾽ἑαυτὸν καὶ μετὰ στύρακος τοῖς
τὰ γόνατα καὶ κνήμας ἀλγοῦσιν· καὶ γὰρ πόνον καὶ κόπον ἰᾶται. δίδοται δὲ καὶ τῆς
ῥίζης ἑψηθείσης ὀλίγον τοῖς τοὺς νεφροὺς ἀλγοῦσιν, ἐπεὶ ἀποκαθαίρει καὶ ὑγιάζει
αὐτούς. αὕτη καὶ δαιμονιζομένους καὶ καταφόβους ἰᾶται περιαπτομένη ἐν ὀθονίῳ ἢ
δέρματι·οὐκ ἐᾷ γὰρ ἐν οἰκίᾳ εἰσιέναι δαιμόνια. αὕτη καὶ περιαπτομένη παιδίοις
ὀδοντοφυοῦσιν ἀπόνως τούτους φύειν παρασκευάζει. εὐθετεῖ δὲ καὶ πρὸς τοὺς
νυκτερινοὺς φόβους καὶ τρόμους.

“En el mes de noviembre y de febrero. En primer lugar, la planta de Saturno que se llama asfódelo; su jugo es de lo más apropiado por sí solo o con una resina (sc. en crema) para los dolores de rodillas y de tibias; pues cura tanto el dolor como el golpe. Se da también, cocida un poco la raíz, a los que tienen dolor en los riñones, pues los limpia y cura. Por sí misma la planta cura a los endemoniados y presas de pánico envuelta en un trozo de lino o de piel; pues no deja entrar en casa a los demonios. También atada a los niños pequeños cuando les están saliendo los dientes, hace que estos crezcan sin dolor. Y de igual modo va bien para los miedos nocturnos y los temblores.”

En todo este texto el mago menciona los nombres de los meses que corresponden a los signos que son casa de los planetas tutelares de las plantas catalogadas en él. Debemos anotar, sin embargo, que en nuestro caso (y lógicamente más adelante en el de Júpiter) el propio mago o el transmisor del texto ha cometido un error, ya que cambia los meses correspondientes a los signos de ambos planetas. A Saturno le corresponderían, en efecto, no noviembre y febrero (comienzo de Sagitario y Piscis, casas de Júpiter), sino diciembre y enero (Capricornio y Acuario, que lo son de Saturno). Fuera de este detalle, las propiedades del asfódelo, planta de Saturno en prácticamente todos los catálogos junto con la siempreviva, tienen que ver en general con la naturaleza astrológica del planeta. En el texto que comentamos, su curación de los golpes y dolores en las rodillas (omitidas en la traducción de Alberto Magno) y en la tibia se debe a que están regidas por las casas de Saturno (Capricornio, las rodillas y Acuario, las tibias), y ambas tienen que ver con la naturaleza fría y seca del planeta, que pone bajo su rección las partes duras del cuerpo humano (huesos y, por lo que se dice después, tal vez también los dientes); la misma explicación melotésica tienen los efectos renales de la planta, ya que Saturno rige en algunas melotesias los riñones (así, por ejemplo, Vet. Val., I1.12) y, en general, la vejiga (que añade Alberto Magno). En cuanto a las otras propie dades, quizá haya que poner la prescripción referente a los endemoniados (Alberto Magno se deja llevar más aún por la influencia del planeta al añadir los melancólicos) y a los miedos nocturnos con la vinculación del dios tutelar del planeta con el otro mundo y con su identificación con la muerte que, pese a tratarse de un astro de la secta del Sol, tiene una mitología (por su encadenamiento en el Tártaro) asociada generalmente a la oscuridad y la noche; aunque, en el caso de la posesión demoníaca, es una afección patológica que también Vet. Val., I113, menciona entre aquellas de que es responsable Saturno.

2.3. Un amuleto para el amor

Second Decan of Aries Picatrix

Otro de esos textos astrológicos en los que es precisamente el objeto descrito y los signos representados en él lo que le da la categoría de objeto mágico y no estrictamente astrológico o de juego matemático es el que trata de los cuadrados planetarios y sus aplicaciones mágicas transmitido en un tratado atribuido a Salomón (CCAG IX 2: fig. 3) Como explica el editor (Weinstock), estos amuletos se llamaban en la edad media mensulae (traducción evidente del término griego πλάξ que figura en nuestro manuscrito) por su forma cuadrada y encierran números y nombres, o están rodeados por palabras y signos mágicos. Los números responden a determinados criterios y distribución, partiendo de menos (nueve casillas para Saturno) a más (ochenta y una para la Luna). En nuestro ejemplo, se trata del cuadrado de Venus, que combina números del 1 al 49 en siete columnas horizontales y verticales (cuarenta y nueve casillas en total), para sumar siempre (tanto en unas como en otras) la cifra de 175, que debe ser el número del planeta. El editor nos dice que estos amuletos tienen que ser invención de un experto en aritmética y no de un mago, pero el resultado del amuleto apunta a su uso por este ya que lo rodean nombres ligados al planeta del mismo (el arcángel Anael en este ejemplo) y a la acción, tal vez, de la diosa Afrodita y de su planeta Venus; así quizá debamos interpretar ἐμιλησης como ὁμιλήσῃς (referido a las relaciones sexuales, explícitamente mencionadas en el texto) y ἐλκαντίς (que, en mi opinión, podría ser un neologismo para reflejar la atracción erótica implicada por el verbo ἕλκω). En cualquier caso, el texto del manuscrito evidencia un cierto grado de competencia astrológica (habla de las casas del planeta y de su exaltación, de su regencia horaria y semanal), pero también de magia, pues incluye diversos rituales para diferentes resultados. Lo reproducimos seguido de nuestra traducción:

Ὅταν ἡ Ἀφροδίτη ᾖ ἐν ἰδίῳ οἰκῳ ἢ ὑψώματι, ποίησον τὴν πλάκαν αὐτῆς ἐξ
ἀργύρου ἀθίκτου ζ´ γ ἐν ἡμέρᾳ καὶ ὥρᾳ αὐτῆς τὸ πλέον τῆς κινήσεως ἐχούσης καὶ
κάπνισον αὐτὴν ξυλαλόην καὶ ἄμπαρ καὶ μαστίχην καὶ περιειλήσας αὐτὴν ἐν
σηρικῷ λευκῷ [καὶ] κράτει μετὰ σοῦ καὶ ἔσῃ χρήσιμος πρὸς ἀγωγὴν γυναικός·
ἐρασθήσονταί σου τῶν ὥστε θαυμάσῃς. ἐὰν δὲ τὴν πλάκαν ταύτην δῷς ἀνθρώπῳ
κρατεῖν τῷ μὴ βουλομένῳ λαβεῖν γυναῖκαν, ὁ τοιοῦτος εἰσέλθῃ εἰς ἔρωτα γυναικὸς
καὶ θελήσει αὐτὴν λαβεῖν. ἐὰν δὲ μισῇ τις τὴν γυναῖκα αὐτοῦ ἢ ἡ γυνὴ τὸν ἄνδρα
αὐτῆς, λαβὲ τὴν εἰρημένην πλάκαν καὶ πλῦνον μετὰ ῥοδοστάγματος ἢ βρυσικοῦ
ὕδατος ἢ βροχεροῦ καὶ δὸς τῷ μισουμένῳ πιεῖν καὶ διορθωθήσεται. ἐὰν δὲ τὴν
εἰρημένην πλάκαν βάλῃς ἐν ὕδωρ τὸ ἑψηθὲν μετὰ χαμαιμήλου καὶ πλύνῃς αὐτὴν
ἐκεῖσε καὶ ῥάνῃς τὸ ὕδωρ εἰς ἀνθρώπους μαχομένους, εἰρηνευθήσονται. ἐὰν δὲ
χύσῃς πάλιν τὸ ὕδωρ εἰς κριτήριον, ἡ κακία τοῦ κριτηρίου παύσεται. ἐὰν τὸ ὕδωρ
αὐτὸ χύσης ἐν πραγματείαν ἢ ζῴων ἢ περιστερῶν ἢ μελισσῶν, πληθυνθήσονται
ἀκινδύνως. ἐὰν δὲ τὴ εἰρημένην πλάκαν βάλῃς ἐν στρωμνῇ, πλειστάκις συνουσιάζεις μὴ παυσάμενος.

“Cuando Venus esté en una casa propia o en su exaltación, haz su placa con plata pura de 7 onzas en el día y hora del planeta principalmente y quema madera de áloe, ámbar y lentisco después de envolverla en un paño blanco consérvala contigo y serás afortunado para atraer a una mujer; se enamorarán de ti. Si le das esta placa para que la posea a un hombre que no quiera casarse con mujer, el individuo en cuestión se llena de deseo de una mujer y querrá casarse con ella. Pero si alguien aborrece a su propia mujer o la mujer a su propio marido, coge dicha placa y lávala con esencia de rosas o agua de manantial o de lluvia y dala a beber a la persona aborrecida y se restablecerá la normalidad. Pero si echas dicha placa en agua hervi da con manzanilla y la lavas en ella y rocías el agua sobre unos hombres que estén peleando, se pacificarán. Si en cambio derramas el agua en un tribunal, cesará la maldad del tribunal. Si se vierte el agua en un negocio de animales, palomas o abejas, se lavarán sin peligro. Si echas dicha placa en la ropa de cama, tendrás relaciones varias veces sin descanso.”

El manuscrito (Holkham. 290) está fechado en el siglo XV y el texto, atribuido a Salomón, contiene bastantes elementos astrológicos, como ya hemos apuntado. En el momento de fabricar el amuleto, Venus tiene que estar en sus signos (Tauro, Libra o Piscis, su exaltación) cuyos símbolos, en las medallas renacentistas inspiradas en él, se reproducen en los espacios libres a derecha (Tauro), izquierda (Libra) y encima (Piscis) del cuadrado, figurando debajo el símbolo del planeta (fig.4). Se propone la plata como metal para la medalla por el color blanco de Venus (de ahí también el color de la tela que se utiliza para el amuleto) y las plantas y sustancias mencionadas (en especial el agua de rosas) tienen relación indirectamente con el planeta. Así la madera de áloe como planta aromática; el ámbar, la mirra y el lentisco, mencionados también aquí (incluida el agua de lluvia), aparte de sus propiedades aromáticas, forman parte de fórmulas magistrales recomendadas por los médicos normalmente para los trastornos de estómago, de pulmón y de hígado, órganos asociados a menudo con Afrodita y con el planeta Venus; en cuanto a la manzanilla, tampoco los catálogos de plantas astrológicas la recogen (aunque sí las fórmulas de médicos y magos); pero su asociación con AfroditaVenus puede estar relacionada con el tradicional sentido erótico de la manzana (τὸ μῆλον, a la que se identifica por su aroma y nombre) ο por el otro nombre (πολύγονον) que le dan algunos tratados de plantas.

2.4. Anillo de Mercurio

La técnica de los anillos de Hermes está documentada en los papiros mágicos. Aunque en ellos no hay alusión a circunstancias astrológicas que influyan en su fabricación, sí que los tenemos en textos medievales como este del Codex Vaticanus Regius, que contiene textos astrológicos y mágicos de Alfonso X el Sabio (fig. 5):

Otro aniello de mercurio. Toma una dragma de argent uiuo e limpialo e mortificalo en hora de Mercurio, e no y fagas cosa del mundo si non en su hora, e sea Mercurio aiuntado con Mars o en su opposición o en su quadratura. E toma tres dragmas de fierro en hora de Mars e buélvelo e fúndelo todo, ascendent Aquario e hora de Saturno; e faz end una sortija e dala a alguna muger que quieres que se parta de su marido, e partir s’ha d’el. Estas cosas te dó por enxemplo cuémo puedes obrar de los otros, mezclando los unos metales con los otros, en esta manera que avemos dicho de suso.

Los elementos astrológicos en esta fórmula son abundantes, en relación con el planeta Mercurio, a cuya divinidad se refieren muchos de estos objetos de coacción: La base para la fabricación es precisamente el mercurio (argent uiuo) y el momento de tratarlo es una hora regida por el planeta y en configuración negativa (oposición o cuadratura) con Marte, puesto que el objetivo (la separación del matrimonio de cuya mujer el cliente está enamorado) es negativo. Así mismo, la influencia de Marte se potencia añadiendo a la aleación hierro (que es su metal) en un momento tutelado por este planeta. Continúan los efectos astrológicos negativos que se persiguen, buscando a Acuario (casa del también maléfico Saturno) como ascendente en el acto de fundición y eligiendo la hora tutelada por Saturno. El texto castellano, aunque más plagado de instrucciones astrológicas, como esperamos de un mago medieval, coincide con los de los papiros en la importancia del anillo como instrumento mágico para conseguir cualquier deseo. En nuestro caso, se trata de apartar a una mujer de su marido y ahora sí los conocimientos astrológicos del mago resultan indispensables. Es muy probable que estas recetas medievales tengan su origen también en la tradición grecorromana tardía, como permiten suponer los autores a los que se atribuyen. En nuestro ejemplo esa atribución se ha silenciado, pero hay que decir que en otros similares (de Picatrix o los otros ya citados del mismo corpus mágico-astrológico de Alfonso X El Sabio) encontramos como autoridad nombres prestigiosos de la astrología antigua como Hermes Trismegisto y Téucro de Babilonia. Por otra parte, y con esto terminamos, la referencia a las dragmas en la fabricación de este anillo y de los dos anteriores (el primero referido expresamente a Hermes, bajo cuya autoridad deben ponerse tal vez también el nuestro y el anterior) orienta hacia una fuente griega o bizantina.

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